sábado, 5 de diciembre de 2009

Imitar al maestro


Ya llegó el año nuevo, y todavía ando pensando cuál será el propósito que me haré para los próximos meses. No estoy excedido de peso y hago buen ejercicio, así que eso queda descartado. En realidad tenía en mente algo de índole más espiritual o algunas asperezas de mi personalidad que podría limar con miras a convertirme en mejor persona. Alguien planteó algo muy interesante en un escrito que llegó a mis manos hace poco: Cuando intentas abordar una dificultad que enfrentas o te propones madurar y crecer espiritualmente, pregúntate: «¿Qué haría Jesús?». Toma eso como punto de partida. Tuve curiosidad por saber más sobre esa frase —hoy de uso generalizado— y sus orígenes. Total que me decidí a hacer una búsqueda en Internet y descubrí que la pregunta «¿Qué haría Jesús?» y la sigla correspondiente —QHJ— llevan más de 100 años en uso. Las emplean los creyentes como lema para modelar su conducta siguiendo el ejemplo de Cristo. Ese es, pues, el propósito que me he hecho para el 2009. Cada vez que pueda me preguntaré «¿Qué haría Jesús?» No me refiero a caminar sobre el agua ni a resucitar muertos; todavía no he alcanzado ese nivel. Pero igual hay cosas que puedo hacer para seguir Su ejemplo todos los días. Eso de preguntarme «¿Qué haría Jesús?» no me va a resultar nada fácil. Sin embargo, voy a hacer el intento. Y me parece que no me va a ir muy mal, pues tengo memorizado un versículo de la Biblia que dice que «todo lo puedo en Cristo que me fortalece»1. Cuanto más lo pienso, más motivado me siento a llevarlo a efecto. Espero que con el tiempo me haga al hábito de preguntarme automáticamente: «¿Qué haría Jesús?», y responder como corresponda.Martin McTeg es integrante de La Familia Internacional en los EE.UU. 1 Filipenses 4:13

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