lunes, 30 de noviembre de 2009

Sobreponerse a un divorcio



Aunque comenzamos bien, nuestro matrimonio se malogró y hace apenas unos meses nos divorciamos. No soporto la soledad de regresar todos los días a un departamento vacío y sin nadie que me reciba. Pienso constantemente en el pasado y sufro mucho. ¿Qué puedo hacer? El divorcio puede ser una experiencia devastadora. Lo que empezó como un sueño, un proyecto de vida por el que uno se esforzó y se sacrificó tanto, termina abruptamente dejando un reguero de dolor y desilusión. Sin embargo, siempre hay esperanza en un futuro mejor. Hay un dicho muy cierto que reza así: «Dios puede recomponer un corazón quebrantado siempre y cuando le entreguemos todos los pedazos». Él comprende tu dolor, tu predisposición al resentimiento y esa sensación que tienes de que te malinterpretaron y te trataron injustamente. Por medio de la oración, encomiéndale tu corazón herido. Él es capaz de borrar los malos recuerdos y disipar el rencor, la rabia y la angustia. Aunque tal vez lleve algún tiempo, el amor de Dios es un bálsamo capaz de sanar todas esas emociones negativas. Él puede darte paz interior y un renovado interés en la vida. No todo está perdido. Mientras hay vida, hay esperanza. Puedes volver a amar y a ver correspondido tu amor. Acude a Él y permítele que te ayude a dejar atrás las desilusiones del pasado para que puedas encaminarte hacia un dichoso porvenir. Aunque tengas el corazón destrozado, considera todo lo que has aprendido en los asuntos del amor. Si dejas que este quebranto te ayude a superarte en lugar de amargarte, habrás madurado en tu capacidad de amar y comprender a otros. Dice la Palabra de Dios: «Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios» (Salmo 51:17), y: «Así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: “Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”» (Isaías?57:15). Cobra ánimo. Jesús te recompondrá de la mejor manera si te entregas a Él. Hará de ti una persona más amorosa, más dulce, más comprensiva, e incluso hará que esa desilusión redunde en tu bien.En el aspecto práctico, tal vez te interese probar lo siguiente:
Pide a Dios que te ayude a aceptar lo sucedido. No te aferres al pasado.
Cuando te invada el remordimiento, apártalo enseguida de tus pensamientos.
Ocúpate del presente; no te inquietes por el futuro.
Una excelente táctica para olvidar tus desdichas es hacer algo por otra persona.
Anota lo que aprendiste de esa relación sentimental. Describe tus errores y lo que quieres evitar en una relación futura. Guarda la lista para más adelante, pero no la releas si lo único que consigues con ello es rememorar errores pasados.
Pasa tiempo con tu familia y amigos.
Haz nuevas amistades.
Aprende algo nuevo. Trázate un plan para lograr algo que nunca has hecho.
Anota diariamente, sin falta, algo que agradeces, más allá de tu estado de ánimo.

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