sábado, 14 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 9 CURSO BASICO


Imagínate, si puedes, lo que sería querer muchísimo a alguien —tu cónyuge, tu mejor amigo, tu hijo— y no dirigirle nunca la palabra. Imposible compatibilizar las dos cosas, ¿cierto? El amor se edifica sobre la base de la comunicación. Lo mismo vale para todas las relaciones importantes que entablamos. La Biblia nos enseña en Isaías 54:5 y en Romanos 7:4 que Jesús anhela ser nuestro Cónyuge y mejor Amigo. En otros pasajes se representa a Dios como nuestro Padre celestial. De ser así, ¿no es lógico que quieran hablarnos? Si el cristianismo no fuera más que una filosofía o un código de ética, o incluso una religión, estas figuras —cónyuge, amigo, padre— no serían más que símbolos o analogías, modestas tentativas de explicar nuestra relación con Dios y con Jesús por cauces filosóficos. Sin embargo, gracias a Dios, el auténtico cristianismo va mucho más lejos. Su trascendencia supera con creces las racionalizaciones y reglas, la retórica y las ceremonias, la moral y la ética. Se trata esencialmente de una relación vital y amorosa, una relación que se enriquece, se profundiza y se refuerza por medio de la comunicación franca y sincera con nuestro Creador. La oración es el medio que Dios nos ha facilitado para comunicarnos con Él. Pero la oración no consiste solamente en dirigirle la palabra a Dios, sino también en escucharlo. Él quiere que le expresemos lo que necesitamos y anhelamos, que le contemos nuestras inquietudes y problemas, nuestros pensamientos más íntimos y el más oculto de nuestros sueños. Sin embargo, es precisa una reciprocidad. Dios también desea responder nuestras preguntas, ayudarnos a superar nuestras dificultades, levantarnos el ánimo cuando estamos abatidos y compartir nuestras alegrías y triunfos. Y por sobre todas las cosas, ansía ayudarnos a comprender y experimentar Su amor de manera muy tangible y personal. Si aún no has aprendido a escuchar a Dios, a captar los mensajes de amor, de aliento, de instrucción, de orientación y otros de diversa índole que Él quiere dirigirte personalmente, el presente número de Conéctate te ayudará en este empeño. Gabriel Sarmiento En nombre de Conéctate

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