sábado, 14 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 10 CURSO BASICO


Nuestro mundo moderno está cada vez más acelerado, y nos arrastra consigo. Las generaciones de antaño nunca sufrieron las angustias que soportamos hoy en día: La inseguridad laboral y la competencia del mercado someten tanto al obrero como al ejecutivo a enormes presiones en aras de incrementos en la productividad. Cada vez son más las personas que se ven obligadas a hacer horas extras o a tener dos empleos para poder ganarse la vida y sustentar a su familia. Lo peor es que las presiones no acaban con la jornada de trabajo. Miles de personas pasan horas lidiando con el caos del tránsito o en atiborrados vehículos de transporte público. Si tienen hijos, llegan a casa para enfrentar pruebas y exigencias que sus padres ni habrían imaginado. Las futuras oportunidades laborales de un estudiante —y según le dicen, también su felicidad— dependen de su capacidad para asimilar cúmulos de información cada vez más grandes y de mantenerse al día con una tecnología que avanza a un ritmo desenfrenado. Las películas, la televisión, la música y la publicidad predisponen a la mayoría a acondicionar su personalidad a una imagen distinta de la propia. Así, se esmeran por ser más acaudalados, más sofisticados, más exitosos, más poderosos, más famosos. Ante tales demandas, ¿quién hoy en día no sufre de estrés? Para colmo, por si no nos bastara con nuestros propios problemas, nos vemos agobiados por los problemas ajenos. Muchas veces los amigos y compañeros de trabajo, personas apuradas por hacer las compras, vendedores cansados y conductores que viajan detrás de nosotros no reparan en hacernos partícipes de sus angustias. Quienes no transitan por la vía rápida viven temerosos de ser desplazados por los que van por la vida pisando el acelerador. Es el cuento de nunca acabar. Pero en realidad no tiene por qué ser así. Existe un remedio sencillo y eficaz. No requiere terapias ni drogas ni ejercicios rigurosos. Tampoco entraña programas de rehabilitación ni artilugios. Hará que te sientas mejor y te reportará una serie de beneficios para la salud. Como complemento, lograrás hacer más y dormirás más plácidamente, estarás más contento y le sacarás más provecho a la vida. No te llevará más que unos minutos al día. En el presente número te lo explicamos. Gabriel Sarmiento En nombre de Conéctate

No hay comentarios:

Publicar un comentario