jueves, 19 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 47 AÑO 2004


Hace años di con una perla de sabiduría que se ha convertido para mí en una enseñanza fundamental. Lo que me asombra ahora es la facilidad con que pude haberla pasado por alto. En aquella época me sentía feliz y realizado. Estaba satisfecho con mi vida y con el rumbo que llevaba. Pude haber considerado que aquellas palabras no se me aplicaban y haber hecho caso omiso de ellas. Sin embargo, me alegro de no haber hecho eso. Desde aquella vez me he visto en varias coyunturas de muy difícil solución, en situaciones en que todo dio un giro para peor, y aquellas palabras se convirtieron en mi referente. «Si todos nos contentáramos con cumplir nuestra vocación en la vida y no ansiáramos ni más ni menos, Dios nos haría muy felices. Sin embargo, a causa de nuestra insatisfacción, en muchos casos nos sumimos en la desdicha porque, a diferencia del apóstol Pablo, no aprendemos a contentarnos cualquiera que sea nuestra situación» (Filipenses 4:11). Eso no significa que debamos conformarnos con tener malos hábitos o que debamos dejar de esforzarnos por ser mejores personas. Tampoco tenemos por qué adoptar una actitud fatalista cuando nuestras circunstancias no son las que deberían. Pero volviendo a mi hallazgo de hace años, ese pequeño consejo me hizo comprender que el hecho de que mi realidad cambiara bruscamente no tenía por qué afectar lo que para mí significaba más. Esos trances no alteraban lo que era yo en esencia, ni mis principales objetivos, ni el amor que Dios tiene por mí. Entendí que esos ahogos y aprietos no tenían por qué despojarme de la satisfacción de la que había gozado antes que mis circunstancias se tornaran agrias. ¿El desenlace? Superé esas malas temporadas concentrándome en lo que conservaba en vez de lamentarme por lo que había perdido. Así, mi postrer estado terminó por ser más dichoso. Por eso, si a veces te sientes abatido por las circunstancias, espero que el presente número de Conéctate te ayude a remontarlas. Gabriel Sarmiento

No hay comentarios:

Publicar un comentario