miércoles, 18 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 40 AÑO 2004


Uno de los relatos verídicos que más me gustan contiene una enseñanza muy apropiada para el Año Nuevo, época en que nos hacemos nuevos propósitos y nos esmeramos por cultivar nuevos hábitos. Además, ha sido el acicate que nos ha llevado a promover el programa Conéctate de un extremo del mundo hasta el otro. Apareció en uno de los primero números de la revista, en un artículo de David Brandt Berg. Trata de un humilde pastor que por sí solo transformó toda una yerma región del sur de Francia. Cada día llevaba a pastar a sus ovejas a una loma distinta, donde sembraba frutos secos. Al cabo de 20 ó 30 años había reforestado toda la zona. Repoblada la comarca de árboles, la fauna nativa regresó a su entorno y los suelos se hicieron nuevamente aptos para el cultivo. Ello motivó que aquella región prácticamente inhabitada recuperara su estado natural y se volviera próspera y pujante. ¡Sin prisa pero sin pausa aquel pastor cambió su rincón del mundo! Lo que terminó por ser una hazaña de grandes proporciones probablemente fue producto de una inspiración repentina. ¿Cuántas otras personas crees tú que descartaron la idea por considerarla descabellada o imposible, o simplemente porque no era tarea de ellas? Sin embargo, no fue esa la actitud que tuvo el pastor. Él creyó en su idea y se esforzó por materializarla. Se impuso una meta y un plan muy sencillos. No se sabe bien, pero es probable que al principio no se hubiera propuesto producir una transformación a semejante escala. Las buenas iniciativas suelen agrandarse cuando, entusiasmados, aceptamos el llamado a realizarlas. Lo que aquel pastor hacía todos los días no revestía particular dificultad. Las grandes obras son con frecuencia producto de la laboriosidad y la paciencia. Aquel hombre trabajó codo a codo con Dios. Hizo lo que estaba a su alcance y confió en que el de arriba haría lo demás. ¿Qué idea imposible y disparatada tienes tú para el Año Nuevo? Si Dios la avala, puede que no sea tan absurda como parece. Anda, lánzate. Cambia tu vida. Cambia tu mundo. Gabriel Sarmiento En nombre de Conéctate

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