viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Quieres vivir la vida?


Si anhelas que tu vida tenga sentido y quieres priorizar los valores eternos, el primer paso es aceptar el don más preciado que se haya concedido jamás: la salvación, la promesa de vida eterna en el Cielo. Lo único que tienes que hacer es abrir tu corazón y dar cabida al Dador de vida, Jesús, rezando sinceramente esta pequeña oración: Gracias, Jesús, por el gran regalo que me ofreces: el perdón de mis pecados y la vida eterna contigo en el Cielo. Te abro mi corazón y acepto este don que pagaste con Tu propia vida, la cual ofrendaste por mí en la cruz. Concédeme una nueva vida, en la que prime Tu escala de valores. Dame —te lo ruego— la oportunidad de comenzar de nuevo. Llévame a conocerte mejor, a descubrir lo que has dispuesto para mí y a tener más amor por Ti y por el prójimo. Amén.

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