viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Qué pensará dios?


Antes de cenar, un padre de familia bendijo la mesa como de costumbre. Después de echarle un vistazo al periódico, comenzó a lamentarse de la grave coyuntura económica y de que familias como la suya fueran las más afectadas. Lo que tenían para comer era buena prueba de lo difícil que se estaba volviendo llegar a fin de mes. Al poco rato estaban incluso quejándose de lo mal preparada que estaba la comida. Su hijita preguntó: —Papá, ¿Dios te oyó cuando diste las gracias por la comida? —¡Por supuesto! —respondió él confiadamente. —¿Y oyó lo que dijiste luego de los garbanzos y el arroz? —Sí, claro —esta vez no tan confiadamente. —Entonces, papá, ¿pensará que estamos agradecidos o descontentos? Aun cuando le agradecemos a Dios los bienes que nos concede, ¿no nos portamos a veces como ese señor? ¿No agradaríamos más a Dios si aprendiéramos a darle gracias de corazón y en ningún momento le lleváramos a pensar que sentimos otra cosa que gratitud?

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