viernes, 13 de noviembre de 2009

Alice Reynolds Flower


Nada acontece porque sí a los hijos del Señor. Todo responde a un designio genial. Cada problema, revés, castigo o dolor es un golpe de cincel del Escultor celestial. ¿Enfermó alguien? ¿Terminó por fallecer? ¿La pena y la angustia dejaron tu alma doliente? ¿Exclamaste contrariado: «No entiendo por qué»? Acéptalo: no fue un mero accidente. Nada ocurre porque sí a los hijos del Señor. Con Su mano traza Él diestramente el programa. De acuerdo con Su Hijo dispone cada pormenor. Todo lo que sucede, Él con cariño lo trama. Lo que acontece a los Suyos, sea lo que sea, toda prueba de la vida e ironía del destino, todo hecho grandioso, toda amarga odisea, no se deben al azar, siguen un plan divino.

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