miércoles, 11 de noviembre de 2009

Puede que el panorama a tu alrededor no sea muy promisorio…


No se puede ser amigo de Dios solamente cuando todo va bien. Si solo te avienes a creer y obedecer al Señor cuando todo anda bien, no lo vas a hacer muy frecuentemente, pues «muchas son las aflicciones del justo» (Salmo 34:19). Lo bueno es que cuando tocas fondo puedes comenzar a subir, siempre que pidas auxilio al Señor. Cuando más oscura parezca la situación, no mires hacia abajo. ¡Alza la vista! Comienza a alabar al Señor, y así en muchos casos lograrás salir del abismo en el que el Diablo procura hundirte. Cuando te empuje a deprimirte y desanimarte, lucha. No te des por vencido. Ni siquiera le prestes atención. Todo depende hacia dónde apuntas tu antena. Si estás descorazonado y cabizbajo es porque tu antena apunta hacia abajo, hacia el Infierno, en lugar de estar dirigida hacia arriba, hacia el Cielo. El escepticismo, el miedo, el desaliento y las quejas nos abaten. En cambio la fe, la confianza, el valor y las alabanzas al Señor nos infunden vida. ¡Pon los ojos en Jesús y vive! No tienes más que abrir tu corazón y dejar entrar la luz del sol. Cuando miras hacia arriba, todo se ve posible. En lo alto, el sol siempre brilla.

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