domingo, 29 de noviembre de 2009

¡Para eso fue!


Ninguno de nosotros puede llegar a comprender lo maravilloso que es Dios Padre. Hasta tal punto escapa de nuestra comprensión que tuvo que crear un Ser capaz de enseñarnos Su amor, alguien que estuviera en nuestro mismo terreno, a quien pudiéramos ver, a quien alcanzáramos a percibir con los sentidos, que bajara a Dios y lo pusiera a la altura de nuestro entendimiento, un Hombre que fuera como Él, a quien llamó Su Hijo. Dios entregó Su amor al mundo entero. No obstante, te ama tanto que te concedió Su más valiosa posesión, lo que más amaba, a «Su Hijo unigénito», para que tú llegaras a tener vida eterna (Juan 3:16). Te ama con mayor intensidad y profundidad de lo que se puede expresar con palabras. No hay forma de comprender el amor de Dios; es demasiado grande, sobrepasa todo entendimiento (Efesios 3:19). No puedes hacer otra cosa que acogerlo y sentirlo en tu corazón. Precisamente para eso vino Jesús al mundo: para que llegases a conocer el amor de Su Padre. ¡Para eso fue! ? Si todavía no has aceptado a Jesús como tu Salvador, pídele ahora mismo que entre en tu corazón y te dé amor, vida, libertad, verdad, paz, abundancia y felicidad, en este momento y para siempre. Simplemente haz la siguiente oración:Jesús, gracias por morir por mí. Te ruego que me perdones los errores que he cometido. Entra en mi corazón, concédeme la vida eterna y llévame a entender mejor Tu amor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario