viernes, 13 de noviembre de 2009

Los diez cuernos


El papel de Europa en el Tiempo del FinJoseph Candel
Lalo y yo habíamos conversado en muchas ocasiones sobre las profecías de la Biblia. De ahí que cuando un viejo amigo suyo llamado Daniel le planteó varias preguntas que él no supo responder, organizó un encuentro de los tres. Resulta que, por curiosidad, Daniel —que es budista— había echado mano de una Biblia de los Gedeones en una habitación de hotel y al leerla se topó con un par de pasajes muy enigmáticos del último libro de la misma, el Apocalipsis. Daniel comentó que, por los sucesos actuales, se daba cuenta de que estamos acercándonos al fin del mundo. Había oído hablar de la subida al poder del Anticristo y de un gobierno mundial. Le interesaba saber cómo encajaba eso con lo que había leído. Concretamente, quería saber qué simbolizaban las «siete cabezas» y los «diez cuernos» mencionados en los capítulos 13 y 17 del Apocalipsis. Leímos, pues, varios pasajes de esos capítulos y se los expliqué en los siguientes términos: «Me paré [habla el apóstol Juan] sobre la arena del mar, y vi subir del mar —que representa a la humanidad— una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo» (Apocalipsis 13:1). Si leemos el séptimo capítulo del libro de Daniel, escrito unos 700 años antes, nos encontramos nuevamente con esa gran bestia en sus diversas formas. La bestia representa sucesivos imperios de la Antigüedad. En Apocalipsis, capítulo 17, versículos 9 y 10, se nos dice que las siete cabezas corresponden a siete reyes o reinos. «Cinco de ellos han caído —cuando Juan escribió esto en el 90 d. de C., el mundo había visto ya el apogeo y el ocaso de cinco grandes imperios de Oriente Medio: Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia—; uno es —el Imperio Romano todavía estaba en el poder en el momento en que Juan escribió la profecía—, y el otro —el último imperio de grandes proporciones, el del Anticristo— aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo —los siete años durante los cuales, según otros pasajes, se impondrá el régimen del Anticristo—». En resumen, esas siete cabezas simbolizan seis imperios ya desaparecidos, más el imperio del Anticristo, que está surgiendo en la actualidad, pero que todavía no se ha establecido. «Los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora —un período muy breve— recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia» (Apocalipsis 17:12). Dado que esos diez reyes o potencias aún no habían recibido reino en la época de Juan, es decir, en tiempos de la sexta cabeza, el Imperio Romano, es evidente que los diez cuernos que los simbolizan se encuentran todos en la séptima y última cabeza, el Anticristo. «Éstos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia» (Apocalipsis 17:13). Esas diez potencias que propician la subida al poder del Anticristo y colaboran con él se describen con más detalle en Daniel 2:34,41-43 y Daniel 7:7-8, 20-24. En Daniel 7:7, el reino de diez cuernos del Anticristo surge de la bestia romana. Ello parece sugerir que los diez reyes, naciones o potencias constitutivas del imperio anunciado para el Fin de los Tiempos y encabezado por el Anticristo surgirán de los vestigios del Imperio Romano, que dominaba gran parte de lo que hoy es Europa. De ser acertada esta interpretación, la Unión Europea (UE) podría desempeñar un papel preponderante en los Tiempos del Fin. Europa se está uniendo por primera vez desde que estuvo bajo el poder de Roma. Es más, el italiano Romano Prodi —presidente de la Comisión Europea— declaró ante el Comité Económico y Social Europeo en 1999: «Por primera vez desde la caída del Imperio Romano hemos unido a Europa, no por la fuerza de las armas, sino sobre la base de ideales compartidos y reglas en común convenidas por todos»1. Por primera vez desde el Imperio Romano, gran parte de Europa ha adoptado una moneda común, el euro. Asimismo, dedica grandes esfuerzos a unirse política y militarmente. Al mismo tiempo que Europa se une, lo propio ha sucedido con el resto del mundo. Aún no se ha gestado una unión de corte político, sino más bien tecnológico. Las distancias prácticamente han desaparecido con los adelantos en materia de telecomunicaciones, el uso cada vez más extendido de Internet y la facilidad, rapidez y bajo costo de los viajes. Igualmente se han superado numerosos obstáculos financieros gracias a la integración de muchas economías. En consecuencia, lo que ocurre en cierto rincón del planeta tiene un gran efecto en otros sitios. El Anticristo ejercerá dominio de gran parte del mundo. Sin embargo, parece lógico suponer que Europa se constituirá en su bastión y que los «diez cuernos» serán las naciones europeas que más colaborarán con él. —Pero lo bueno —le expliqué a Daniel— es que, al final del régimen del Anticristo, Jesucristo volverá en las nubes del Cielo con poder y gran gloria para rescatar a todos los que sean salvos, poner fin al perverso imperio del Anticristo y establecer Su propio reino en la Tierra, un reino en el que habrá justicia, paz y abundancia para todos (Mateo 24:29-31; Apocalipsis 14:14-16; 19:6-9, 11-21; 20:1-4). Lo mejor que puedes hacer en preparación para estos acontecimientos que pronto ocurrirán es tomar partido por quien a la postre saldrá vencedor: ¡Jesús!

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