sábado, 14 de noviembre de 2009

La vida en el amor del Señor


El amor es como un río. Hay días en que abunda y fluye caudalosamente. Otros, corre como un hilo, rebotando en rocas que quedan ocultas. Pero aun cuando el amor merma y pierde su caudal hasta casi secarse sobre el lecho cenagoso, luego vuelve a fluir. Nos viene el recuerdo de cómo amó Jesús, cómo perdonó, como tendió los brazos en señal de acogida. Al recurrir a Él como fuente del amor, podemos reabastecer el cauce. La vida cobra una nueva dimensión en Jesucristo. Él es la autoridad en materia de amor. Jesús ama cuando resulta difícil hacerlo, cuando Su amor es rechazado, cuando tiene escaso sentido. Ama cuando los demás se dan por vencidos. Ama a los desdeñosos, a los fríos, a los indignos. Cuando el amor da muestras de haberse secado, tendemos los brazos hacia Jesús y reaprendemos lo que es amar.

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