miércoles, 18 de noviembre de 2009

La sociedad del dinero electrónico


Las nuevas tecnologías que nos conducen a una sociedad sin papel moneda van de la mano con otras tendencias que propician el advenimiento del régimen mundial del Anticristo. Oímos hablar muy seguido del Nuevo Orden Mundial y la comunidad global, palabras de moda que tienen por objeto preparar al mundo para un nuevo sistema político y económico internacional, una sociedad controlada por redes informáticas y ordenadores que contengan bases de datos con información sobre prácticamente todo el mundo, tal como parece sugerir el capítulo 13 del Apocalipsis, escrito hace casi 2.000 años. El cambio del comercio convencional al comercio electrónico ha sido lento y gradual. A la gente le gusta la celeridad y la conveniencia del comercio electrónico, pero a la vez se siente cómoda con la forma en que ha llevado su economía y negocios toda la vida. Durante cientos de años el mundo se ha manejado con dinero en efectivo, es decir, con monedas y billetes que dan a la gente la sensación de que poseen un valor concreto. En ese aspecto, el mundo no ha cambiado gran cosa en los miles de años que han transcurrido desde que se acuñaron las primeras monedas. A muchas personas aún no las convence la idea de una tarjeta informatizada o un chip que les dé acceso a sus bienes impalpables. Todavía prefieren el efectivo. A medida que se acerca el momento señalado, el Anticristo tendrá que ir dando impulso a la economía plástica o electrónica, para lo cual deberá demostrar al mundo que necesita de su sistema financiero basado en la «marca de la Bestia» o el «666» (Apocalipsis 13:16-18). Para eso es previsible que se valga de una sucesión de crisis que desatará en diversas naciones del orbe. Una de ellas llegará a ser un colapso económico casi total, la madre de todas las recesiones. Se servirá de dicho desplome para vencer la inercia del statu quo. Sin una intervención tan radical, la gente muda de hábitos con demasiada lentitud para los fines y el cronograma de su gobierno. Hay otros factores y acontecimientos que también darán vigencia y legitimidad a ese nuevo sistema económico. Los gobiernos lo van a adoptar como medio para acabar con la delincuencia y recortar gastos fiscales reduciendo la burocracia. El mundo empresarial lo acogerá como medio de pago inmediato y para la automatización de inventarios y registros contables, con lo cual recortarán gastos y aumentarán así sus ganancias. Las masas terminarán por asimilarlo a causa de su celeridad, conveniencia, seguridad y comodidad. Las aparentes ventajas serán múltiples. El Anticristo también tendrá otras fórmulas de preparar al mundo para el nuevo sistema: sacará provecho a las guerras, la agitación social y al gran miedo que abriga el público a fenómenos como el terrorismo y las epidemias de nuevas enfermedades incurables. Todos esos acontecimientos van a hacer que la gente reclame cambios con pasión. A la larga accederá a dejar atrás lo anacrónico y extenderse a lo nuevo. Esto ya ha sucedido en gran medida en el terreno de la tecnología, y ahora se está dando en el ámbito comercial. El Anticristo introducirá un nuevo sistema monetario del cual se valdrá para enderezar los entuertos económicos del mundo. Los que quieran formar parte de esa nueva economía y sociedad se verán obligados a aceptar la «marca de la Bestia» en la mano derecha o en la frente. Esta marca será probablemente un diminuto chip informático (microcircuito) que contenga todos los datos de filiación, movimientos económicos y la historia clínica del portador. Así papá Estado y el Nuevo Orden Mundial podrán vigilar los movimientos de cada habitante del planeta. Es más, ya hay personas que han tomado la iniciativa de implantarse un microcircuito. Los implantes en humanos comenzaron sigilosamente en los Estados Unidos en mayo de 2002 con la familia Jacobs. Esa familia —en apariencia totalmente normal— y varios otros voluntarios se implantaron unos chips únicos de identificación —los VeriChip— debajo de la piel. El VeriChip, producido y comercializado por Applied Digital Solutions, tiene aproximadamente el tamaño de la punta de un bolígrafo y puede leerse mediante un escáner de mano fabricado para tal efecto. ¿Cuánto tiempo pasará antes que los implantes en seres humanos sean comunes y corrientes a fin de facilitar las transacciones comerciales y bancarias? De algo tenemos plena certeza: Desde hace ya años se viene gestando una economía desprovista de papel moneda y una sociedad totalmente vigilada y controlada. La fibra óptica, los satélites y las bases de datos informáticas ofrecen la posibilidad de controlar el mundo de una forma francamente pasmosa. Muchos gobiernos y empresas privadas a lo largo y ancho del planeta ya han instituido políticas tendentes a la eliminación del dinero en efectivo y los cheques, en tanto que otros países están poniendo a prueba diversos métodos para realizar transacciones comerciales sin papel moneda. La ciudad de Swindon, en Inglaterra, comenzó a suprimir el dinero en efectivo en julio de 1995. En una iniciativa conjunta, los bancos National Westminster y Midland y la empresa British Telecommunications probaron en el mercado un sustituto del papel moneda hecho de plástico/silicona. El sistema emplea tarjetas Mondex, que son similares a las tarjetas de débito pero contienen sofisticados chips informáticos. Las transferencias monetarias pueden hacerse por teléfono o mediante un pequeño dispositivo inalámbrico denominado billetera. En el 2003 Francia dio un paso más hacia un futuro sin dinero en efectivo al lanzar a escala nacional unas tarjetas inteligentes apodadas Moneo. El concepto que impulsa a esta nueva generación de tarjeta plástica implantada con un microchip es muy sencilla: terminar con el cambio chico y acelerar las transacciones de escaso monto. En Japón ya circulan 650.000 carteras electrónicas a las que llaman tarjetas Edy y que pueden emplearse en unas 2.100 tiendas, principalmente en Tokio. El plan es que a la larga dichas tarjetas —que contienen los datos y detalles económicos de su titular— puedan emplearse en todos lados. Lo que diferencia a estas tarjetas de las tarjetas de crédito o débito es que no hace falta pasarlas por un lector y el cajero no necesita verificar la identidad del titular. Lo único que tiene que hacer este es colocarla ante un sensor que lee la información. La próspera Singapur tiene pensado terminar con el anacrónico papel moneda en el año 2008. «[El régimen del Anticristo] hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre» (Apocalipsis 13:16,17). Por primera vez en la Historia existe en el mundo la alta tecnología necesaria para hacer realidad esta escalofriante visión que tuvo el apóstol Juan hace casi 2.000 años. ¿Estás preparado para estos grandes acontecimientos del fin? Puedes prepararte ahora aceptando a Jesús en tu corazón y estudiando lo que dice la Biblia sobre los acontecimientos de los postreros días, entre los que figura la dictadura global del Anticristo. Así no te tomarán por sorpresa cuando se produzcan, y no te dejarás seducir por el Anticristo.

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