martes, 10 de noviembre de 2009

La mano del maestro


Una madre llevó a su hijo, que apenas se iniciaba en el arte de tocar el piano, a un concierto del afamado pianista Jan Paderewski. Una vez que el acomodador los hubo conducido a sus asientos, la señora divisó a una amiga suya entre el público y se dirigió por el pasillo a saludarla. El niñito aprovechó aquel descuido para explorar los secretos del teatro y terminó metiéndose por una puerta cuyo letrero rezaba: «PROHIBIDA LA ENTRADA». Cuando se apagaron las luces de la sala y estaba por dar comienzo el concierto, la madre volvió a su asiento y descubrió que su hijo no estaba. De golpe se abrió el telón, y las luces iluminaron un impresionante piano emplazado en el escenario. Con espanto, la madre vio a su hijo sentado frente al teclado, tocando inocentemente Estrellita. En ese momento hizo su entrada Paderewski, quien se acercó rápidamente al piano y le susurró al niño al oído: —No pares. Sigue tocando. Paderewski se inclinó entonces y con la mano izquierda añadió una parte de bajo. Luego extendió el brazo derecho por el otro lado del niño y agregó una tercera parte. Juntos, el viejo maestro y el joven novato transformaron una situación que pudo haber sido embarazosa en una experiencia increíblemente creativa. El público quedó cautivado. Lo mismo sucede con nuestro Padre celestial. Es realmente poco lo que somos capaces de lograr por nuestra cuenta. Ponemos todo de nuestra parte, pero no precisamente producimos una pieza musical fluida y llena de gracia. Sin embargo, apoyados por la mano del Maestro, la obra de nuestra vida puede tornarse francamente hermosa. La próxima vez que te propongas acometer algo grande, escucha atentamente. Oirás la voz del Maestro que te dice al oído: —No pares. Sigue tocando. Rodeado por Sus cálidos brazos y acompañado por Sus fuertes manos, tus torpes tentativas redundarán en obras maestras. Recuerda que Dios no llama a los dotados; más bien dota a los llamados. En tanto que te esmeres por hacer lo que Él sabe que es más apropiado, siempre estará a tu lado para amarte y conducirte a grandes cosas.

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