jueves, 19 de noviembre de 2009

La ganga de su vida


Damas y caballeros: ¡Les ofrezco la ganga de su vida! Antes me dedicaba a la carpintería, pero ahora también hago reparaciones y renovaciones. Me llamo Jesús y soy el mejor de Mi especialidad. Aprovechen Mi oferta de demostración totalmente gratuita: Les reparo lo que más deseen componer. Pero antes de apresurarse a responder, escúchenme un momento: Cuando digo que arreglo todo, me refiero a todo. No piensen en algo tan intrascendente como un televisor descompuesto o un automóvil averiado. Piensen en cosas importantes. Su salud, su vida, sus pesares, cualquier situación imposible en la que se encuentren atrapados... ¡lo que sea! Claro que les costará creerme si no tienen la seguridad de que este es un negocio limpio, de que soy veraz y cumplo Mi palabra. Por esa razón les voy a hacer otra oferta gratuita: ¡Pónganme a prueba! Imagínense que ustedes son tubos de ensayo. Colóquenme en su tubo y experiméntenme. No tienen más que pedirme que entre en su vida y la mejore. Si no soy capaz de conseguirlo, olvídense de Mí y de esta oferta. Pero si no los decepciono, si les demuestro personalmente que soy lo que afirmo, piensen en lo que habrán salido ganando. ¿Qué les pido a cambio? Su amor, nada más. Quiero que opten por Mí cuando tengan que elegir a quién acudir para resolver sus problemas. Que por encima de toda solución me escojan a Mí. Para motivarlos, resolveré todas las dificultades que me presenten. En serio. No es una promesa a futuro, aunque también tengo muchas de esas. Me refiero al momento actual. Cumpliré Mi palabra cada vez que me pongan a prueba. ¡No les quepa duda! ¿Les suena demasiado optimista? Como les dije, ¡es la ganga de su vida! Jamás encontrarán una mejor... ¡Y esperen, que aún no lo he dicho todo! ¿Qué han hecho ustedes para merecerlo? ¡Nada! Cuando alguien se enamora de una persona, esta no tiene que hacer nada para ganarse sus simpatías. Los enamorados espontáneamente tienen detalles el uno por el otro. Eso mismo me impulsa a presentarles esta oferta: el amor que siento por ustedes. Tengo otra infinidad de ofertas insuperables, muchas de las cuales las encontrarán en la Biblia. Pero no soy tonto; sé que a menos que estén convencidos de que existo y de que esas promesas son algo más que palabras bonitas, ni se tomarán la molestia de leerla. Por eso les propongo lo siguiente: pídanme que les demuestre que soy quien afirmo ser, que haré cuanto prometo. A partir de ahí, verán cómo cumplo Mi palabra. Prometo hacerlo con todo el que me lo pida sinceramente. Les garantizo que si lo hacen se alegrarán. Ahora bien, si una vez que me hayan puesto a prueba quedan contentos, el siguiente paso será hacerme un pequeño favor: cuéntenle la oferta a otra persona. A tantas como quieran. La mejor propaganda es la que hace de viva voz un cliente satisfecho; y eso es lo que me gusta. No es mucho pedir cuando se ha prestado un servicio bueno y de confianza o se ha ofrecido una buena ganga. Y como en cualquier buena empresa, cada vez que me recomienden a otros presentándoles este ofertón, tomaré nota y se lo recompensaré. ¿Qué les parece? Negocio redondo, ¿no? Ya hace tiempo que ando por aquí y, por raro que les parezca, esta megaoferta es la misma que hice desde el principio. Lo que pasa es que estoy actualizando Mi publicidad. El tiempo apremia, y el mundo ha cambiado. No desperdicien esta ocasión. Anímense. Me lo agradecerán. Y lo mismo cualquier otra persona a quien presente esta oferta y se anime a probar el producto. No olviden que esta ganga no es más que la presentación. Hay mucho más... No exagero. Todo ello está a su alcance y es para su bien. Prueben primero esto que les digo. Después les indicaré más. Pídanme que entre en su vida y recomponga todo lo que ande mal. Me instalaré en ella dotado de un excelente programa de reparaciones. Hasta realizaré algunas mejoras si las desean y les brindaré una amplia gama de posibilidades entre las que pueden escoger. ¿Qué les parece? Mejor, imposible. ¡Anímense a probarlo! ¿Qué tal ahora mismo? Empecemos ya. No tienen más que decirme: «¡Trato hecho, Jesús! Acepto Su oferta. Pase y muéstreme lo que es capaz de hacer. Si quedo contento, lo recomendaré a otros».Se despide cariñosamente,Jesús

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