martes, 10 de noviembre de 2009

La clave del éxito: sumar a la voluntad de Dios nuestras oraciones


El hecho de que algo sea la voluntad de Dios no significa automáticamente que vaya a salir en todo sentido como uno quiere. ¿Por qué razón se nos pide tantas veces que oremos si todo está arreglado y todo va a salir bien con o sin nuestra intervención? ¿Para qué pasar todo ese tiempo orando fervientemente si de cualquier modo todo va a salir bien? De ser ese el caso, estaríamos perdiendo el tiempo. Un pasaje de la Biblia dice: «No tenéis lo que deseáis, porque no pedís» (Santiago 4:2). Es lamentable que a veces el Señor no nos pueda conceder lo que necesitamos porque no se lo hemos implorado. Aunque hagamos la voluntad de Dios, tenemos que rezar con apremio y en muchas ocasiones persistir en oración para que nos otorgue Su bendición mientras realizamos Su voluntad. No debemos olvidar que ambas cosas deben ir aparejadas. El Señor sólo puede cumplir Sus promesas si nosotros cumplimos con la parte que nos corresponde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario