martes, 24 de noviembre de 2009

El factor Dios


Casi todas las personas del mundo pasan apuros económicos en uno u otro momento. Algunas, sin embargo, se bandean mejor que otras. Las circunstancias no suelen ser el factor determinante; la cuestión de fondo es más bien a quién recurren. El secreto para superar las penurias económicas es en realidad el mismo que para superar cualquier otra dificultad: Hacer lo que se puede, y para lo demás confiar en Dios. Hace siglos dije a Mis discípulos: «Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios» (Marcos 10:27). Esa verdad, que «todas las cosas son posibles para Dios», constituye el factor Dios. Si crees eso, ¡cambia todo el panorama! Cuando se tiene en cuenta el factor Dios, todo se vuelve posible, ya que la fe en Dios y en Sus promesas anula toda imposibilidad. He aquí algunas promesas en las que puedes apoyarte de lleno: «Dios suplirá todo lo que os falta conforme a Sus riquezas en gloria» (Filipenses 4:19). «Todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá» (Marcos 11:24). «Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33). Todo lo que tiene el Padre es Mío también. Eso significa que todas las riquezas del universo están a Mi disposición. Puedo concederte todo lo que necesitas y más. Te quiero mucho, y me preocupan tu felicidad y tu bienestar. No te negaré ningún bien si haces todo lo que puedes y seguidamente aplicas el factor Dios, pidiéndome que intervenga y haga lo que a ti te resulta imposible.

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