sábado, 14 de noviembre de 2009

Dios nunca deja de amarte


¿Cómo es Dios? Algunos lo imaginan como una deidad iracunda, una suerte de monstruo que todo lo ve y que porta un gran mazo, con el cual se apresta en todo momento a aporrearnos, un tirano cruel que nos tiene a todos aterrorizados con la amenaza de mandarnos al Infierno. Pero en realidad Dios es amor (1 Juan 4:8). Es un Dios amoroso que se desvive por llevarnos a todos al Cielo. Un Dios cercano, íntimo, personal, afectuoso, lleno de bondad, de ternura, de dulzura. Un Dios que se interesa por nosotros y nos aguarda con los brazos abiertos. Si nos sigue de cerca es sólo porque espera que nos demos la vuelta y lo recibamos a Él con los brazos abiertos. Dios nunca nos rechaza ni nos retira Su amor. Nunca pierde esperanza en nosotros, por mucho que nos descarriemos. Por eso, si te sientes alejado de Dios, será porque no has abierto tu corazón para acoger Su amor y Su perdón. No tienes por qué seguir mortificándote por tus errores y pecados. Si te arrepientes y le pides perdón a Dios, Él te perdonará. Es así de simple (Isaías 1:18; 1 Juan 1:9). Encamínate hacia Dios, vuélvete a Él y busca el camino de regreso a casa. El Padre entonces saldrá corriendo a recibirte con los brazos abiertos (Lucas ­15:18-24).

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