martes, 17 de noviembre de 2009

Dios es amor


Una mortífera explosión dejó a muchísimos hombres atrapados en una mina de carbón del norte de Inglaterra. No se podía hacer nada. En la entrada de la mina se congregó una multitud, entre la cual se encontraban numerosos familiares de las víctimas. Un clérigo llamado Handley Moule, a quien se le había pedido que dirigiera unas palabras a la muchedumbre, hizo la siguiente reflexión: «Para nosotros es muy difícil entender por qué permitió Dios que se produjera tan terrible tragedia. Tengo en mi casa un viejo señalador de libros que me regaló mi madre. Es de seda bordada. Al mirarlo por el revés no se ve más que una maraña de hebras. Parece algo mal hecho, confeccionado por manos inexpertas. Pero al darle la vuelta y fijarse en el anverso, aparece en hermosas letras bordadas la frase: "¡Dios es amor!" Hoy vemos esta tragedia por el lado de atrás. Un día la veremos desde otro punto de vista y entonces entenderemos». ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

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