viernes, 13 de noviembre de 2009

Con los pesares nos crecen alas


Cualesquiera que sean los obstáculos a los que nos enfrentamos en la vida, siempre hay una forma de sobreponernos a ellos. Dios da a Sus hijos alas cuando se ven superados por la situación. Con los pesares nos crecen alas. En este viejo mundo existe una suerte de fuerza gravitacional siniestra que a diario conspira para mantenernos a ras del suelo. Pero también existe una fuerza capaz de elevarnos hasta al propio corazón de Dios. «Los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán» (Isaías 40:31). Quienes aguardan en oración en presencia del Señor, meditando en Su Palabra, se elevan hasta la dimensión de la paz y el reposo. Cuando estés agobiado por las tensiones que te asedian, levanta vuelo hacia Dios. Él te llevará a alcanzar la victoria, pues conoce la solución de todos tus problemas. Elévate hacia Dios en busca del reposo que Él te ha prometido. Remóntate en las alas de la oración y la fe y obtén el alivio que únicamente Él puede proporcionarte. Ese es el secreto de una vida victoriosa.

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