domingo, 8 de noviembre de 2009

Cómo se crean los hábitos


Por increíble que parezca, antiguamente para construir un puente colgante remontaban una cometa desde una margen del río o desfiladero hasta la otra. Alguien del otro lado atrapaba la cometa y ataba a la punta del hilo uno un poco más grueso. Luego los que habían elevado la cometa tiraban del hilo hasta tener en sus manos la punta del hilo grueso. Ese procedimiento se repetía varias veces, y cada vez ataban una cuerda más gruesa, luego una soga, etc., hasta que estaban en condiciones de tender un pequeño cable de acero de una orilla a la otra. De ahí tendían otro más grueso, y así sucesivamente hasta que podían desplegar un cable que resistiera el peso de los obreros y sus herramientas. ¡Y pensar que todo comenzaba con un pequeño hilo de cometa! Así se forman los hábitos, tanto los buenos como los malos. Si cada día se añade una hebra, en poco tiempo no se pueden romper. Para crear un buen hábito, lo primero que se debe hacer es dar un paso, aunque sea pequeño, en el sentido correcto. Luego hay que persistir en ello hasta establecer una costumbre bien arraigada.

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