domingo, 25 de octubre de 2009

La lectura diaria de la Palabra


Uno de los mejores hábitos que puedes cultivar es pasar un rato cada día leyendo y estudiando la Biblia y publicaciones cristianas de inspiración bíblica. Comienza con quince minutos al día y luego, con el tiempo, auméntalo a treinta o más. A medida que estudies a diario la Palabra de Dios y la obedezcas, tu vida se tornará más profunda, serás más feliz y hallarás una mayor medida de paz interior, amor y comprensión por los demás. No sucede todo en un día, pero sí que sucede. El hecho de contar con un programa de lectura -por ejemplo, leer los cuatro Evangelios o el libro de los Salmos- contribuirá a que saques el máximo provecho de tus ratos cotidianos de lectura. Un plan de estudio que ofrece bastante variedad podría ser el siguiente: Al leer la Biblia, ora que el Espíritu Santo te ayude a comprender lo que lees; pero no te preocupes si no lo entiendes todo la primera vez. A todo el mundo le pasa lo mismo. Sigue adelante. Cuanto más leas la Palabra, más la entenderás. En más de una ocasión te ocurrirá que cuando vuelvas a leer determinado pasaje hallarás en él nuevos significados y tesoros que no habías notado antes. Con el objeto de ayudarte a comprender las asombrosas verdades contenidas en la Biblia y sacarle el máximo provecho a la Palabra de Dios, hemos editado unos libros y folletines que cubren diversos aspectos de la experiencia cristiana. Esas publicaciones tienen por finalidad enseñarte a mejorar tu vida aplicando la Palabra de Dios en términos prácticos, y a cultivar una relación más personal con Él, la cual te brindará la fortaleza espiritual que te hace falta para enfrentar los avatares de la vida. Algunos de los libros que tenemos disponibles son: Claves para descubrir la verdad, De Jesús con cariño y la colección Actívate. (Para más detalles, ten la bondad de remitirte al formulario de pedidos adjunto a este número.) En vista de todo lo expresado en el presente número de Conéctate acerca de la importancia de leer la Palabra, es posible que hayas pensado en conseguirte una Biblia, en caso de que no tengas una todavía. A continuación te recomendamos algunas: La biblia Reina-Valera (revisión de 1960) está considerada por muchos como una de las versiones castellanas más hermosas, inspiradas y fidedignas. Se tradujo hace casi 400 años y ha sido sometida a sucesivas revisiones con el objeto de actualizar un tanto su lenguaje. Ésta es la que emplearemos preferentemente. Si prefieres una de las versiones católicas, te recomendamos la famosa Biblia de Jerusalén, que también goza de amplia aceptación entre los fieles de otras confesiones cristianas. En lenguaje más moderno se han publicado últimamente algunas versiones bastante claras e inspiradas, como La Biblia didáctica de Ediciones SM. Hay que advertir que incluso algunas de las mejores traducciones contienen notas a pie de página o comentarios que pueden contaminar la fe pura del lector con ideas relativistas y racionalistas.

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