domingo, 25 de octubre de 2009

Guíate por el manual


El procedimiento parecía de lo más sencillo: Según pensé, lo único que tenía que hacer era desconectar todas las mangueras y cables, desmontar el radiador, aflojar los pernos de montaje y alzar el motor con un cabrestante. Me pareció que había hecho todo bien, pero no lograba sacar el motorcito de cuatro cilindros de mi Opel. Finalmente, al cabo de varios intentos fallidos, acudí a un mecánico de mi vecindario. Me dio el manual de mantenimiento del Opel. Al fijarme en la sección que explicaba cómo desmontar el motor, descubrí que había que sacarlo por debajo del vehículo. Siguiendo cuidadosamente cada paso, obtuve los resultados deseados. Guiarme por el manual fue lo que marcó la diferencia entre el éxito y el fracaso. La Biblia es nuestro manual de mantenimiento. La escribió nuestro Creador sirviéndose de diversos hombres como instrumento. Nos la entregó con el objeto de indicarnos cómo tener éxito. En tu caso, ¿consultas este manual divino con suficiente frecuencia? Dennis J. DeHaan Un académico oriental fue contratado por unos misioneros para traducir el Nuevo Testamento a cierto dialecto. Inicialmente la traducción no hizo mella en aquel erudito, pero al cabo de un tiempo éste se entusiasmó y comentó: -¡Qué libro tan maravilloso es éste! -¿Por qué? -preguntó el misionero. -Porque habla con tanta precisión y exactitud acerca de mí. ¡Sabe todo lo que hay en mí! El que escribió este libro debe de haberme creado a mí. Anónimo Si fueras a hacer un largo viaje y no conocieras el camino, llevarías contigo un mapa de rutas, ¿no es cierto? La verdad es que sí te hallas embarcado en un largo viaje -la vida- y Quien conoce el camino ha encargado a algunos de Sus hombres que confeccionen un mapa detallado para ayudarte a arribar a salvo a tu destino. Al afirmar que no se tiene tiempo para estudiar el mapa divino -la Biblia-, uno se hace semejante a un conductor que emprende un largo viaje y dice: «Tengo tanto apuro por llegar que no me queda tiempo de mirar el mapa». En cambio, si tomas la Biblia y simplemente la lees, la crees y la sigues, irás por buen camino y llegarás al punto deseado. David Brandt Berg

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