domingo, 25 de octubre de 2009

Respuestas a tus interrogantes


¿Cómo puedo aprovechar mejor el tiempo? Parece que el día no tiene suficientes horas, y al final descubro una y otra vez que postergo lo más importante. Es muy posible que tengas que administrar mejor tu tiempo. Si el dejar las cosas para más tarde te impide cumplir tus objetivos, programar tu tiempo podría ayudarte a alcanzarlos con mayor rapidez. Si bien planificar exige tiempo, a la larga también lo ahorra. Asimismo ahorra trabajo. Además te brinda tranquilidad, porque sabes que has dado prioridad a lo más importante. Los siguientes consejos suelen dar buen resultado: Extremar la eficiencia: Para conseguir un máximo de eficiencia, escoge la tarea más importante de la lista, y hazla primero. Decidir inteligentemente cómo utilizar el tiempo es más importante que realizar con eficiencia la primera tarea que se presente. Autodisciplinarse: Para trabajar eficazmente es necesario invertir esfuerzos en el análisis, la autodisciplina y el cambio. Hay que estar dispuesto a analizar cuidadosamente las propias actitudes y hábitos de trabajo, y cambiar de mentalidad y de conducta si éstos suponen un obstáculo. Administrar el tiempo según los objetivos que haya que lograr: Eso significa pensar en función de metas específicas en vez de concentrarse en los procedimientos y normativas. Hazte preguntas. «Concretamente, ¿qué nos proponemos? ¿Por qué tenemos que hacer esto? ¿Hay alguna forma de hacerlo mejor?» Una de las claves del éxito es aprender a fijarse metas y formular planes para llegar a las mismas. El hecho de elaborar una lista escrita de los propios objetivos -de corto, mediano y largo alcance- lo obliga a uno a ser específico. Ése es el primer paso. Ser realista: Conviene fijarse metas prácticas y viables. No hay que olvidar que ciertos objetivos pueden parecer muy realistas en el momento en que uno se los propone, pero la vida y las circunstancias cambian. El hecho de variar una meta o alterar un plan no significa que se haya fracasado. Los cinco más importantes: Una forma de determinar tus prioridades y ceñirte a ellas es hacer una lista de los cinco objetivos más importantes y trazarte los pasos necesarios para alcanzarlos. Pégalos a tu espejo o colócalos en tu lugar de trabajo, donde sepas que los verás todos los días. Mantén siempre una copia en el bolsillo o la cartera. ¡Consulta al Señor! La clave del éxito es desde luego orar a cada paso. Si pides a Dios que te indique cuál debe ser la siguiente tarea que realices y cómo llevarla a cabo, Él te lo dirá. Además te dará el buen tino y las energías que necesites para concluirla, con tal de que se los pidas. ¡No te rindas! No te desanimes si no se da todo bien de entrada. Es difícil deshacerse de hábitos arraigados, pero cada día nos presenta una oportunidad de mejorar respecto del anterior.

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