viernes, 17 de diciembre de 2010

El nacimiento de la luz


Es Nochebuena. Hace un mes el sol desapareció en el horizonte, y no se dejará ver otra vez hasta mediados de enero.Sin embargo, Noruega no es tan lóbrega en esta época del año como cabría pensar. El manto de nieve que cubre el paisaje brilla a la luz de la luna y las estrellas, y los reflejos de los rayos del sol parecen danzar en el cielo nocturno. Los colores lo dejan a uno pasmado.Este año el cielo ha estado increíblemente bello y diáfano. He pasado largos ratos junto a la ventana que mira al mar y las islas. Me fascina la singular luz azul que lo baña todo alrededor del mediodía, y el cautivador aspecto que adoptan objetos comunes y corrientes al observarlos bajo una nueva luz. Apenas han pasado cuatro días desde el solsticio de invierno y, sin embargo, el cambio ha sido notable. Antes los colores eran intensos y dramáticos: naranja oscuro y bermellón, violetas y azules profundos. Ahora son pasteles: rosa, lavanda y azul verdoso. En poco tiempo más el sol se asomará por el horizonte. La hora más oscura es momentos antes del amanecer. Hemos esperado la luz en más de un sentido. Así como la inclinación del eje de la Tierra nos oculta el sol por unas semanas, nuestra pecaminosa naturaleza humana nos ocultó el rostro de Dios (Isaías 59:2). Pero el nacimiento de Jesús trajo consigo el albor de una nueva era. Dios alumbró el mundo con Su amor y verdad, y a todos los que lo acogemos nos da nuevas esperanzas, nueva vida y la oportunidad de empezar otra vez. ¡Feliz Navidad! ¡Feliz reinicio!Joanna Hanssen es integrante de LFI en Noruega.

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