martes, 28 de septiembre de 2010

REVISTA CONECTATE 119 -Septiembre de 2010: Fe y Curación


Es innegable que todos —en mayor o menor medida— tenemos necesidad de curación. Esa necesidad universal probablemente fue la que llevó a Jesús a dedicar tanto tiempo a la sanación de los enfermos. Los Evangelios abundan en pasajes alusivos a los milagros que operó. Numerosos relatos dan cuenta de las ocasiones en que sanó a leprosos, devolvió la vista a los ciegos, curó a paralíticos y resucitó muertos. «Le siguió mucha gente», reza la Escritura, y Él «tuvo compasión» y «sanaba a todos» (Mateo 14:14, 12:15).Es imposible leer esos episodios de curaciones sobrenaturales sin tomar —consciente o inconscientemente— una decisión que te enmarque en una de tres categorías: la de los que no creen que los milagros se hayan producido jamás; la de los que creen que sí tuvieron lugar, pero que no podrían repetirse hoy; y la de los que comprenden que Jesús tiene actualmente la misma capacidad y voluntad de sanarnos que manifestó cuando curó a las muchedumbres en el primer siglo de nuestra era. «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos» (Hebreos 13:8). Es mi esperanza que para cuando termines de leer este número de Conéctate estés firmemente encuadrado en el tercer grupo, si es que no lo estás ya.Pero no te detengas ahí. Descubre cómo puedes aplicar Sus promesas de curación a tu realidad cotidiana y a la de otras personas que precisen tu ayuda y tus oraciones. No hay enfermedad o dolencia capaz de resistir el poder sanador de Dios. Al mismo tiempo, tampoco hay molestia tuya, por muy pequeña que sea, que no suscite Su interés. Él te ama de manera muy personal, muy íntima, y está siempre dispuesto a ayudarte, consolarte y fortalecerte. Aunque no te sane enseguida o de forma sobrenatural, ten la seguridad de que desea que tus dolencias, como todas las demás cosas, redunden en tu bien (Romanos 8:28). Acude a Él en tu hora de necesidad. Permítele que te estreche contra Su pecho. No dejes de confiar en Él, y verás las maravillas que obrará en tu vida. GabrielEn nombre de Conéctate.

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