domingo, 6 de diciembre de 2009

Tu singular belleza


Si todas las flores fueran del mismo color o si solo existiera una variedad de árbol, al cabo de un tiempo todo sería muy monótono. La belleza está en la variedad, en la diversidad de clases, texturas, tonalidades y colores. No entiendo por qué se esforzarán tanto algunos por ser iguales a los demás. ¿Qué tiene eso de bello? Cuando veo a las modelos de las pasarelas, aunque muchas de ellas tienen una belleza escultural, o una piel espectacular y lo que el mundo considera un cuerpo perfecto, la mayoría son muy parecidas. Son ejemplos perfectos de una belleza hecha en serie. Estoy totalmente a favor de cuidarse y estar bien presentados. Creo que glorifica a nuestro Creador verse uno bien arreglado, estar limpio y en forma y esforzarse por estar uno bien presentado. No me parece bien desentenderse de la apariencia personal. Lo que me molesta es que la gente se afane por corregir la forma en que Dios la hizo, que trate de acomodarse a conceptos ajenos de la belleza. Con ello no hacen otra cosa que dejarse manipular, dejar que otros dominen su forma de pensar y definan su felicidad. ¿Quién determina lo que es mejor? ¿Cabello oscuro o claro, ondulado o liso, un cuerpo musculoso o delgado, pechos grandes o pequeños, labios gruesos o delgados, o el rasgo que sea? ¿Por qué vas a dejar que los demás te impongan su concepto de la estética?
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Sé siempre la mejor versión de ti mismo en vez de una versión mediocre de otro. Judy Garland
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Cuando te esfuerzas tanto por ajustarte a un molde determinado de belleza, ya sea que te quede bien o no, sea realista o no, renuncias a tu singularidad. ¿Qué atractivo tiene ser igual a todo el mundo? A algunas personas lo primero que se les nota es el peinado, el atuendo o la operación que se acaban de hacer para reducir o realzar cierto rasgo. Lo que sobresale es la imagen que procuran transmitir y que esté a la última moda. En algunos casos esa imagen ni siquiera es atractiva ni les favorece. No se ajusta a su anatomía o su personalidad. Uno de los muchos inconvenientes que acarrea el compararse con los demás o tratar de ajustarse a los parámetros de belleza que están de moda es que nunca brinda auténtica felicidad. Aunque sientas cierta medida de satisfacción por haber cambiado algo que no te gustaba, o por seguir la última moda, aunque alcances el grado de belleza que esperabas, aunque finalmente consigas ser la persona más atractiva de tu círculo de amistades, ¿cuánto crees que durará? Tarde o temprano te toparás con alguien que estará unos cuantos peldaños más arriba que tú en la escala de belleza física. ¿Qué vas a hacer entonces? Si lo que deseas es ser feliz, nunca lo conseguirás de esa manera. La necesidad constante de ajustarse al patrón de belleza del mundo conduce a obsesiones. Primero se cambia de apariencia física, luego se adapta la personalidad al nuevo estilo, después hay que esforzarse por mantener ese estilo o por estar al día de las últimas tendencias conforme una moda es sustituida por otra. ¿Qué clase de vida es esa? ¿Crees que alguna vez te amoldarás al concepto que el mundo tiene de la belleza perfecta? Ni siquiera los famosos del mundo lo logran, y eso que tienen dinero de sobra para cambiarse todo lo que quieran. Les cuesta mantenerse vigentes, porque la moda y el concepto de belleza cambian de un día para otro. Ni siquiera la gente que tiene los medios logra mantenerse al día. Es típico de la naturaleza humana querer tener atractivo y gustar a los demás. La verdadera belleza no tiene que ver exclusivamente con la apariencia física, sino también con la belleza interior, con la chispa que te distingue de los millones de personas que visten igual, se hacen el mismo peinado y se esfuerzan por tener un cuerpo igual, de las masas de personas como hechas en serie que pierden originalidad al querer estar siempre a la moda. Ahórrate tiempo, problemas y angustias. Límpiate la mente de las percepciones ajenas de la belleza. Olvídate de todo lo que te hayan dicho o hayas visto o pensado que es hermoso. Pregunta a Dios qué cualidades concretas te ha dado que te distinguen de los demás. Si realzas esas cualidades saldrá a relucir lo mejor y más hermoso de ti.
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¿Te deprimes por tu aspecto? Refuerza tu autoestima aplicando los siguientes consejos. Son de probada eficacia.
¡Sé positivo! Piensa en tus atributos y no en tus defectos.
Muestra buena disposición para probar cosas nuevas y realizar cambios.
Mira a tu alrededor. No te centres en ti mismo.
Aprende de tus errores y sigue adelante.
No vivas según las expectativas de los demás.
No te compares con otras personas.
Reposa en el amor de Dios y ten presente que eres creación singular Suya y que te ama tal como eres.

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