martes, 1 de diciembre de 2009

A paso de niño


Hoy salí a caminar con los niños de unos amigos. Paseamos por los campos en los alrededores del pueblo donde vivimos. Es una zona agrícola con senderos de tierra y bosquecillos. Hacía un tiempo estupendo, por lo que fue una buena oportunidad de que los niños respiraran aire puro e hicieran ejercicio. Corrieron por todas partes buscando insectos y otros animalitos que abundan en la primavera y el verano. Disfruté de ese descanso lejos del bullicio de la casa que nos sirve de vivienda y que también hace las veces de oficina para nuestra fundación y otras labores voluntarias que realizamos. En esos caminos rurales no hay computadoras, trabajo urgente, llamadas telefónicas, reuniones, desórdenes que arreglar, ni los mil y un detalles que nos mantienen atareados la mayor parte del día. En ese remanso de paz da la impresión de que el tiempo se detiene; por lo menos hasta que los niños gritan entusiasmados: «¡Una mariposa!», o: «¡Una araña!» Pero ni siquiera esas alertas repentinas quiebran la paz. Por lo general me bastan unos minutos de tranquilidad para despejarme la cabeza. Después ya no me importa correr a fotografiar el último bicho extraño que han descubierto y disfrutar de esos instantes con los pequeños exploradores. Cuando Jesús dijo que si no nos volvemos como niños no entraremos al reino de los Cielos (Mateo 18:3), tal vez no se refería solamente al Cielo en el más allá, sino también a la tranquilidad y al anticipo de cielo que tenemos en nuestro corazón cuando por unos momentos dejamos las preocupaciones de lado y sintonizamos con la voz de Dios, que nos habla por medio de Su creación. Los niños que estaban conmigo lo hacían con naturalidad. No estaban preocupados por tareas que hubiera que hacer al volver a casa, ni por las cuentas que hubiera que pagar. Sencillamente rebosaban de energía y estaban ilusionados y contentos de que un señor los acompañara y tomara fotos de lo que hacían. Con mayor razón deberíamos nosotros andar tranquilos, sabiendo que el Señor de todos los señores no nos quita el ojo de encima y toma fotos de nuestra vida.Jay Phillips es integrante de La Familia Internacional en Croacia.

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