viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Y tú?


Si no encuentras ese lugar de paz y reposo en la presencia de Dios, quizá se deba a que aún no has aceptado en tu corazón a Su Hijo Jesús. Él dice: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar» (Mateo 11:28). Puedes aceptar a Jesús ahora mismo rezando la siguiente plegaria: Jesús, gracias por haber dado la vida por mí para que yo pueda alcanzar la vida eterna. Te ruego que me perdones todas las faltas de amor y consideración que he cometido. Entra en mi corazón, dame el don de la vida eterna y hazme conocer Tu amor y Tu paz. Gracias por escucharme, por responder a esta oración y porque a partir de ahora estarás siempre conmigo. Amén.

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