domingo, 1 de noviembre de 2009

¡La señal del hijo del hombre!


¿Tu cristianismo llega hasta tu bolsillo? El rey David dijo en una ocasión: "¡No ofreceré al Señor lo que no me cueste nada!" (2Sam.24:24) En realidad no cuenta hasta que te cueste darlo, hasta que de veras estés sacrificándote para dar, hasta que puedas decir: "¡El amor de Cristo me constriñe!" (2Cor.5:14) ¿Recuerdas a aquella pobre viuda que dio sus dos últimas blancas? ¡Cuando Jesús la vio, dijo que ella había dado más que los ricos, quienes sólo habían entregado una mínima parte de su abundancia! A pesar de que sólo era una monedita, menos de un centavo, era lo único que tenía y por eso el Señor le reconoció más mérito que a ellos, indicando que ella había dado más, porque de hecho había dado todo lo que tenía, ¡más aun de lo que al parecer debía dar! ¡Y el Señor la honró por ello! (Mar.12:42-44) "Dad y se os dará." (Luc.6:38) ¡Es una regla infalible! Es una ley de Dios tan segura como la de la gravedad. Si quieres hasta puedes dar tu sueldo entero sin perjudicarte porque Dios te bendecirá por hacerlo. ¡Si lo haces por buenos motivos y tienes intenciones buenas y puras, Dios te bendecirá por dar, te honrará y te hará prosperar! ¿Cuánto te ha costado dar? ¿Te duele? ¿De verdad estás dando sacrificadamente a Dios y a Su Obra de amor?

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