sábado, 31 de octubre de 2009

Otra oportunidad


Una mañana, un mecánico que en varias ocasiones había reparado nuestra furgoneta tocó a la puerta de nuestra casa en Korat, Tailandia. Estaba muy amargado y a la vez sumamente airado. Nos contó que unos días antes su esposa lo había dejado por otro hombre y ahora quería la casa y esto y aquello. Nuestro amigo mecánico había estado bebiendo y no sabía qué hacer ni a quién acudir. Tenía un revólver en el auto y nos dijo que quería ir a matar a su esposa y a su nuevo compañero, y luego suicidarse. El hombre no sabía bien qué lo había traído a nuestra puerta. Había estado dando vueltas sin rumbo y de golpe se encontró frente a nuestra casa. Naturalmente, fue el Señor quien lo trajo. Mi esposa y yo procuramos calmarlo y hacerle ver que la solución no era matar a alguien. Le aconsejamos que, por imposible que le pareciera en aquel momento, lo mejor era dejar irse a su esposa y no tomarse la justicia por su mano. Le dijimos que lo dejara en manos de Dios, que Él sabía lo que más convenía a todos los afectados. Finalmente se sosegó. Antes de irse, oró con nosotros para aceptar a Jesús, y juntos rezamos para que el Señor nos diera la solución al problema. Al cabo de unos días volvió a pedirnos consejo. Su esposa había regresado y le había pedido que la perdonara y le diera otra oportunidad. Todos sus amigos le aconsejaban que la rechazara. Nos preguntó qué debía hacer. Le explicamos que, aunque la decisión dependía enteramente de él, el Señor siempre nos perdona nuestros errores y pecados y nos da ocasión de enmendarnos. Aquel mecánico —que para entonces se había hecho muy amigo nuestro— se alegró mucho de escuchar nuestro consejo, pues amaba mucho a su esposa, y su corazón le decía que eso era lo que debía hacer. —¡Jesús y ustedes me han cambiado la vida! —exclamó antes de irse. ¡Qué maravilla cómo obra el Señor!, ¿verdad?Additional Reading: For more Activated magazine content, as well as many extras and never-published material, please check out the Reading Area.
-->

No hay comentarios:

Publicar un comentario