¿Te crees capaz de derramar amor por tu cuenta? Si lo intentas, pronto verás que tu propio amor se queda corto. El amor verdadero, infalible y desinteresado no proviene de ti. No lo puedes generar por tu propia capacidad o esfuerzos, ni haciendo de él un hábito, ni por tu conocimiento de cómo se debe amar. Sin embargo, si te llenas de Mí y de Mi amor, tendrás esa clase de amor en abundancia. Ese amor se extenderá entonces a todos aquellos con quienes te relaciones. Primero debes dejar que te llene. Es imposible llenar una vasija tapada o en movimiento. Tienes que ser una vasija vacía y permanecer inmóvil, con la boca destapada, a la espera de que Yo te llene. Pasa tiempo conmigo, y Yo te enseñaré a amar. Entonces Mi rostro resplandecerá en el tuyo. Y todos cuantos te vean sabrán que ese amor no proviene de ti, sino de Mí.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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