sábado, 14 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 25 AÑO 2002


Si eres asiduo cibernauta sabes muy bien que en Internet se ofrece información rápida y de fácil acceso. En vez de tener que desplazarse hasta la biblioteca a buscar algo en interminables estanterías de libros y otras publicaciones, uno puede encontrar lo que necesita conectándose desde su casa o su oficina a un motor de búsqueda o indexador de datos. Basta con ingresar unas palabras clave y apretar el botón de buscar. En apenas unos segundos aparecen en pantalla vínculos a numerosos portales del espacio virtual relacionados con lo que uno desea averiguar. Si bien es cierto que no siempre da uno con lo que quiere al primer intento —tal vez tenga que examinar bastante material antes de encontrar los datos específicos que busca, como antes tenía que hacer con las largas hileras de libros—, sin duda la Internet pone al alcance de la mano un mundo de información. ¿No sería estupendo que en vez de solamente proporcionarte información, la Internet pudiera resolver todos tus problemas, responder a tus interrogantes más profundos y satisfacer tus necesidades emocionales? Huelga decir que en el ciberespacio nunca será posible todo eso; pero con Dios sí lo es. Es más, se puede acceder a Dios más rápidamente y con mayor facilidad que a un banco de datos a través de la Web. Podría decirse que al crearnos, Dios ya instaló en nosotros todos los dispositivos y programas necesarios. Podemos acceder a Él en cualquier momento y desde cualquier sitio. El servicio es además gratuito, y nada queda al azar; no es una lotería en la que se acierta o se falla. Él siempre sabe exactamente lo que precisamos. Lo único que necesitamos para hacer funcionar el equipo es fe. Ahora bien, esta se adquiere simplemente leyendo las instrucciones que nos presenta el Fabricante en Su manual, la Biblia. Además, quienes ya emplean el equipo y disfrutan de sus beneficios nos pueden proporcionar consejos y testimonios que incrementen nuestra fe. Hallarás unos cuantos en los artículos del presente número de Conéctate. Nuestro Dios es interactivo: conéctate con Él, y tú también podrás disfrutar y beneficiarte de cuanto Él ofrece, es decir, de TODO. Gabriel Sarmiento En nombre de Conéctate

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