sábado, 14 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 14 CURSO BASICO


Da la impresión de que casi todo el mundo hoy en día busca algún elemento o personaje con el cual identificarse, algo que esté en boga, que represente algún valor o que otorgue una dimensión mayor que la que ofrece el quehacer cotidiano. En todas partes —desde Moscú hasta Potosí y desde Maracaibo hasta Pekín— se ven camisetas y vaqueros con logotipos de Nike® y otros diseñadores. Los adolescentes y adultos jóvenes imitan el atuendo, las actitudes y el lenguaje de sus estrellas predilectas de rock o de Hollywood mientras sus padres trabajan como burros y ahorran para comprarse la casa de sus sueños o el auto del año. Las pasiones se encienden y el mundo se detiene para presenciar eventos como la Copa del Mundo. Los astros del deporte se convierten en íconos internacionales y los artículos para el deporte profesional y otros objetos del rubro conforman una industria que mueve miles de millones de dólares al año. Con ese telón de fondo, ¿no resulta extraño y a la vez lamentable que tan pocas personas quieran identificarse con el más grande personaje de la Historia? Detengámonos un momento a pensar en lo que nos ofrece Jesús y el significado que entraña. Estuvo con Dios en el momento de la creación. «Todas las cosas por Él fueron hechas. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.» (Juan 1:3-4). ¡Eso sí que debió de ser algo espectacular! Llevó sobre Sí nuestros pecados y murió por nosotros para que pudiéramos vivir eternamente en el Cielo. ¡Nadie más podía hacerlo! Jesús le da a la vida verdadero propósito y sentido. ¿Quién más puede igualar eso? Además, nos ama a cada uno singularmente, cualesquiera que sean las circunstancias en que nos encontremos. Mejor, imposible. ¿Con quién o con qué preferirías que te identificaran los demás? ¿Para qué constituirse en un aviso publicitario andante de algún magnate del márketing o de alguna superestrella efímera cuando podemos proclamar valerosamente los ideales del que fue un hombre ideal? Ojalá que el presente número de Conéctate te anime en este empeño. Gabriel Sarmiento En nombre de Conéctate

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