miércoles, 4 de noviembre de 2009

Reflexiones


Es fácil recibir mensajes del Señor: Basta con tener fe. Cuando le pidas a Dios una solución, cuenta con que te va a responder y acepta lo primero que te llegue. Cuando preguntes algo al Señor, si de veras tienes fe y quieres oír o ver la respuesta, no te decepcionará. Y lo que veas u oigas con los ojos u oídos de tu espíritu, proviene del Señor. Simplemente abre el corazón y deja entrar la luz. D.B.B. La mayoría de los cristianos, cuando oran, dicen: «Oye, Señor, Tu siervo habla», en vez de orar como Samuel, el niño profeta, que dijo: «Habla, Señor, Tu siervo oye» (1 Samuel 3:2-10). Esperan que el Señor los escuche, pero no se disponen a escucharlo ellos a Él. Es triste. Gran parte del tiempo que pasamos orando deberíamos dedicarlo a escuchar. D.B.B.

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