lunes, 16 de noviembre de 2009

¡Qué bueno es ser optimista!


Cuando la vida se torna agobiante, cuando te parece que todo tu mundo se desmorona, cuando consideras que nada de lo que llevas a cabo contribuye a mejorar la situación, ¿qué debes hacer? Piensa en Mí. Piensa en lo mucho que te amo. Piensa en Mi poder. Piensa en todas las bendiciones que has recibido y agradécemelas. Para sobreponerte a tu mal humor, basta con que me alabes. Si me agradeces todo lo bueno que hay en tu vida, los sentimientos pesimistas se disipan. Te encontrarás a veces en situaciones en las que no parezca haber nada bueno que agradecerme. En ese caso, alábame por todo lo bueno que a la larga saldrá de lo malo. Si me amas, tarde o temprano eso sucederá. Lo explica la Biblia en Romanos 8:28: «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien». Puedo hacer que cualquier cosa que le ocurra a una persona que me ama redunde en su beneficio. Déjame transformar tu difícil jornada en un día feliz. Siempre puedes hallar algo bueno que agradecerme. Cuando celebres algo que Yo haya hecho, normalmente te acordarás de otra cosa que he hecho por ti o que te he obsequiado, y luego de otra, y de otra. Si te concentras en Mí y en lo positivo, la felicidad te vendrá sin haberla buscado.

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