domingo, 1 de noviembre de 2009

PREOCUPACIÓN (Una vida mas feliz)

Definición: Ansiedad, temor o intranquilidad.
1. La preocupación es falta de fe y confianza. Proviene de fijarse en las circunstancias en vez de poner los ojos en el Señor.
· Salmo 127:2 [Relajémonos; no se gana nada preocupándose.] Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
· Mateo 6:25-30 [A nosotros, que le servimos, Jesús nos enseña a no afanarnos por el futuro ni preocuparnos de si Él será capaz de proveer para nuestras necesidades cotidianas.] No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
· Mateo 8:24-26 [Jesús puede infundirnos paz en medio de las tormentas de la vida.] Se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero Él dormía. 25 Y vinieron Sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
· Mateo 14:25-31 [Pongamos los ojos en el Señor, no en las circunstancias.] A la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; Yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas. 29 Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
· Lucas 21:34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de […] los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día [el de la segunda venida de Cristo].
2. La preocupación y el temor pueden llevarnos a cometer graves errores, en los cuales no incurriríamos al proceder con fe y confianza.
· Números 13:28-33 [El Diablo se vale de las preocupaciones y los temores para hacer que nuestros problemas nos parezcan más grandes. Diez de los doce espías que envió Moisés a la Tierra Prometida para hacer un reconocimiento del terreno se preocuparon al ver a los adversarios que tendrían que enfrentar en aquella región. Al volver de su misión, que se prolongó por cuarenta días, informaron que había gigantes. Caleb, sin embargo, procuró manifestar fe con sus palabras. Entonces los otros exageraron la situación, diciendo que todos los habitantes eran gigantes. Esto hizo que los hebreos sintieran miedo y vacilaran antes tomar posesión de la tierra. Señalaron:] El pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac [el gigante]. […] 30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
· Números 14:1-4,34 [La inquietud es contagiosa. Los hebreos que oyeron el cuento de terror de contaron los diez espías empezaron a sentir miedo y quejarse, hablando como si ya estuvieran derrotados. Ello suscitó el pánico y la rebelión:] Toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae el Señor a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. […] [Por su desobediencia y rebelión, Dios los castigó de la siguiente manera:] 34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis Mi castigo. [V. también Deuteronomio 1:27.]
· Job 3:25,26 [Según se desprende de este pasaje, la preocupación de Job lo desmoralizó a tal punto que en efecto le fue mal:] El temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. 26 No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación. [V. también Proverbios 10:24.]
· Isaías 28:16b [Si confiamos en el Señor, no actuaremos con precipitación.] El que creyere, no se apresure. [V. también Proverbios 19:2b.]
· Mateo 25:24,25 [La preocupación y el temor llevaron a un hombre a enterrar su talento en vez de invertirlo:] Llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. [La parábola completa se encuentra en los versículos 14-29 de ese capítulo.]
· Romanos 8:15 [La preocupación y el temor nos esclavizan, pero Dios nos libra de ellos.] No habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
3. Comparar nuestra suerte con la de los impíos puede suscitar preocupaciones innecesarias.
· Salmo 37:1 No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
· Salmo 37:7,35,36 Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. […] 35 Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como laurel verde. 36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no fue hallado.
· Proverbios 24:19 No te alteres por causa de los malvados, ni sientas envidia de los impíos [NVI].
· Isaías 8:12b,13 [No permitamos que se nos contagie el temor de otros. Debemos temer y obedecer al Señor.] Ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. 13 Al Señor de los ejércitos, a Él santificad; sea Él vuestro temor, y Él sea vuestro miedo.
4. El Señor dice que echemos sobre Él nuestras cargas y preocupaciones.
· Salmo 55:22 Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
· Mateo 11:28-30 Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. 29 Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga.
· 1 Pedro 5:7 Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
5. Cuando se medita en el Señor y en Su Palabra es imposible preocuparse.
· Salmo 112:7,8b No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor. 8a Asegurado está su corazón; no temerá.
· Salmo 119:165 Mucha paz tienen los que aman Tu ley, y no hay para ellos tropiezo.
· Proverbios 1:33 El que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal.
· Proverbios 3:1,2 Hijo mío, no te olvides de Mi ley, y tu corazón guarde Mis mandamientos; 2 porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.
· Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque en Ti ha confiado.
· Isaías 48:18 ¡Oh, si hubieras atendido a Mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.
· Filipenses 4:6,7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
6. No tenemos nada de que preocuparnos ni nada que temer, porque Dios está con nosotros y Él es infalible.
· Deuteronomio 1:29,30a Os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. 30a El Señor vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, Él peleará por vosotros.
· Deuteronomio 20:3,4 Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; 4 porque el Señor vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.
· Deuteronomio 31:6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
· Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento.
· Zacarías 8:13b Así os salvaré y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.
· Marcos 5:36b No temas, cree solamente.
· Juan 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en Mí.
· Juan 14:27 La paz os dejo, Mi paz os doy; Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
· 1 Juan 5:4-5 Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

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