martes, 10 de noviembre de 2009

Las dos religiones


David Brandt Berg se pasaba buena parte del tiempo dando testimonio de Jesús en las calles de la ciudad californiana donde residía. Cuenta que siempre le planteaban la siguiente pregunta: —¿Cómo se puede usted creer depositario de la verdad? Existen centenares de religiones en el mundo, y sus adeptos están convencidos de que la suya es la única verdadera. ¿Cómo puedo yo saber cual es la religión verdadera? David respondía: —¿Centenares de religiones, dice usted? Eso me extraña mucho, pues yo no conozco sino dos. —Hombre, usted más que nadie sabrá que hay muchísimas más que dos —replicaba su interlocutor. —No, no. De ninguna manera —alegaba él—. Admito que dentro de estas dos religiones existen muchas ramificaciones y diferencias de opinión. Pero en última instancia, solo hay dos. La una reúne a todos aquellos credos que enseñan que uno puede ganarse la salvación a base de buenas obras y observando distintas normas y preceptos religiosos. Como usted bien sabe esta escuela abarca la mayoría de los credos que existen en el mundo. La otra religión reúne a todos los creyentes que se saben incapaces de salvarse por sus propias virtudes y por tanto dependen únicamente de Dios para ello. »Como verá —proseguía—, la cuestión no tiene ninguna ciencia. ¿Cree usted que puede salvarse por sí mismo, que siendo bueno puede llegar a merecerse la salvación? O por el contrario, ¿es usted consciente de que necesita un salvador que lo rescate de sus pecados y errores? Si está usted convencido de que necesita ayuda del Cielo para lograrlo, entonces ¡Jesús es para usted!» «Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Efesios 2:8-9).

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