martes, 10 de noviembre de 2009

Las campanas


La poesía I Heard the Bells on Christmas Day se escribió el 25 de diciembre de 1863, durante lo más encarnizado de la guerra de secesión norteamericana. El famoso poeta estadounidense Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882) estaba muy entristecido por los horrores de aquel conflicto, pues «parecía que el odio prevalecía por sobre todo en aquel momento». Su hijo, que cumplía servicio como teniente en el ejército de la Unión, acababa de ser herido. Al escuchar Longfellow el repicar de las campanas navideñas, salió del hondo pesimismo que lo embargaba y llegó a la conclusión de que «Dios no es sordo, ni ha muerto aún». Confió en que Dios era más fuerte que los conflictos del mundo, y que un día haría prevalecer en la Tierra la paz y la buena voluntad. He aquí una traducción de dicha poesía:
En Navidad un carillón oí En Navidad un carillón oí tocando una canción que repetía con alegría: Paz al de buena voluntad. Por todas partes, aquí y allá, campanas de la cristiandad tañeron con reiteración: Paz al de buena voluntad. Me dije en mi consternación: No hay paz aquí en la Tierra, no. El odio es tanto que ahoga el canto: Paz al de buena voluntad. El repicar cobró amplitud: Dios no es sordo, ni ha muerto aún. El bien, no el mal, ha de triunfar. Paz al de buena voluntad. Pasó el mundo de noche a día al son de aquella melodía que anunciaba a campanadas: Paz al de buena voluntad.

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