miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿La última oportunidad?


Un día, estando de paseo con mi hijo Gabriel, de 6 años, le ofrecimos unos afiches a una señora que se estaba subiendo a su auto. Los aceptó gustosa y nos pusimos a conversar. Unos minutos después, Gabriel le señaló la plegaria de salvación que figuraba en la parte posterior del afiche y le preguntó si quería hacerla con él. La señora accedió. Después de orar, casi se le salían las lágrimas. Entonces nos confió que padecía una leucemia incurable. Dos semanas antes los médicos le habían pedido que fuera a verlos para detallarle cuánto tiempo le quedaba de vida, pero ella no quiso saberlo. Les respondió: «Dios es el único que lo sabe». Le propusimos orar ahí mismo por su salud y fortaleza, y para que la leucemia entrara en remisión si es que el Señor consideraba que eso era lo mejor. Se mostró muy agradecida. ¡Nunca sabemos cuándo podemos estar ofreciéndole a alguien su última oportunidad de aceptar a Jesús y alcanzar la vida eterna!

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