Son muchos en este mundo los que se esfuerzan por adquirir cada vez más conocimientos. Pero serían más sabios si conservaran la sencillez. Para llegar a su corazón, el Señor tiene que sortear toda esa acumulación de datos. En la Biblia se nos advierte que no nos dejemos desviar de la sencillez y la pureza de la devoción a Cristo (2 Corintios 11:3). Además, Jesús dijo: "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos" (Mateo 18:3). Admitir que no somos más que niños indoctos y que el Señor es quien lo sabe todo es señal de gran inteligencia. DAVID BRANDT BERG (D.B.B.; 1919-1994)
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