viernes, 13 de noviembre de 2009

estuve en prisión, y me visitasteis


Panajot era uno de los pintores jóvenes más prometedores de Bulgaria. Pero lo acusaron del homicidio de su mejor amigo "cosa que niega tajantemente" y lo sentenciaron a 26 años de presidio. Cayó en una depresión y se puso muy agresivo con los guardias de la prisión, que entonces lo privaron de sus lienzos y sus pinturas. Poco tiempo después, un amigo suyo le dio una publicación de La Familia, y comenzó a intercambiar correspondencia con nosotros. Al llegar el año pasado a Bulgaria, presentimos que Jesús quería que visitáramos a Panajot en prisión. Aquello no era empresa fácil, puesto que se halla recluido en una cárcel de alta seguridad en la que las visitas están muy restringidas, sobre todo las de quienes no sean familiares de los internos. Finalmente conseguimos una entrevista de 15 minutos con él en una sala de visitas separados por una malla de alambre. Panajot se mostró muy agradecido de que hubiéramos ido, pues casi nunca recibe visitas. También nos agradeció profusamente todo el material de lectura que le habíamos enviado, sobre todo la revista Conéctate. La Navidad pasada nos pintó una tarjeta de Navidad con el siguiente mensaje (traducido del búlgaro): Querida Familia: Quiero que sepan que su obra de llevar el Evangelio a los perdidos, sus hermosas cintas de música y las publicaciones que me envían han contribuido mucho a sanar mi alma. Aunque el proceso de superar mis angustias y desesperación es lento, lo que ya han hecho por mí me ha servido una enormidad. Hasta que llegaron ustedes, nadie había podido llegar a mis sentimientos. Los barrotes y los muros de la cárcel me aprisionan, pero por medio de sus publicaciones soy libre en espíritu. «Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres» (Juan 8:36). Les agradezco todo lo que han hecho por mí. Veo en cada uno de ustedes a mi familia y estoy feliz de contar con hermanos y hermanas que me quieren tanto y se interesan tanto por mí. Mientras escribo esto, se me caen las lágrimas; pero son lágrimas de alegría y gratitud por haber encontrado a gente que piensa tanto en mí que me escribe y me visita. Panajot Panajot recibió un regalo de Navidad anticipado este año. En julio el tribunal de apelación anuló su condena, y quedó libre.

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