jueves, 19 de noviembre de 2009

El tapiz


Cada suceso de la vida de una persona, cada pensamiento, cada decisión, cada pequeña expresión de amor, cada interacción con otro ser humano se asemeja a un hilo de un tapiz. Día tras día, los hilos oscuros y los hilos claros se entretejen, al parecer sin orden ni concierto. Pero al final forman una imagen. En este momento observo el tapiz de tu vida, y me parece hermoso. Todas las cosas buenas —la felicidad y la satisfacción, el amor que has dado y recibido, las vidas en las que has influido para bien— son los hilos claros. Los hilos oscuros, en cambio, son las dificultades y las decepciones, las pruebas y las lágrimas. Son necesarios para que los hilos claros contrasten y se vean aún más vivos, y le confieren al tapiz color e intensidad. Nadie ha tejido jamás un tapiz como el tuyo. Nadie habría podido. Tu vida es única.

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