El amor al prójimo es un don que Yo dispenso. ¿Cómo se obtiene? Igual que cualquier otro don Mío. Simplemente pidiéndolo con fe y aceptándolo. ¿Cómo se lleva a efecto? Paso a paso, realizando un acto de amor, y luego otro, y luego otro. Puedes manifestar Mi amor a los demás de múltiples maneras: perdonando, siendo amable, teniendo misericordia y consideración, interesándote por los demás, procurando comprenderlos, dirigiéndoles palabras de amor y de ánimo, prodigando elogios, deteniéndote a conversar con alguien y prestarle oído, poniéndote en el lugar de otra persona, ayudándola a sobrellevar la carga, haciendo algo por ella cuando menos lo espera o lo merece. Recibe Mi don de amor y llévalo a la práctica día a día, paso a paso, gesto a gesto, palabra por palabra, con multitud de acciones. Cada vez que demuestras interés por los demás y lo traduces en un gesto de amor, te pareces un poquito más a Mí, con lo que la gente ve más de Mí y menos de ti. Cada vez que compartes Mi amor, te es retribuido. Si te esfuerzas por amar más, Yo te lo compenso con creces: vierto Mi amor sobre ti en mayor medida para que tengas más para disfrutar y compartir. «Dad, y se os dará». Ese es el principio por el que me rijo: cuanto más das, más recibes.
martes, 17 de noviembre de 2009
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