miércoles, 18 de noviembre de 2009

El Anticristo y la tecnología


Apuntes sobre el tiempo del fin ¿Qué sabemos Del Anticristo, el futuro dictador mundial de cuyo surgimiento habla la Biblia? ¿Vive actualmente? Es probable. Y ¿qué hay de su nuevo orden internacional? ¿Ya está actuando entre bastidores para llevar a efecto su plan de dominación política y económica del mundo? Pareciera que sí. Todo parece indicar que ya se está estableciendo el satánico régimen tecnológico del Anticristo. Digo satánico porque, según las profecías, el Anticristo estará poseído por Satanás (Daniel 8:24; 2 Tesalonicenses 2:9; Apocalipsis 13: 2-4; 12:9); y tecnológico porque se valdrá de la tecnología para hacerse con el control total del mundo y su población y dominarlo a su antojo. Uno de los pasajes clave sobre este punto está en Apocalipsis 13:16,17: [El brazo derecho del Anticristo, llamado el Falso Profeta] hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Imagínate lo que debió de pensar el apóstol Juan en el año 90 d.C. cuando vio todo eso en su visión de un mundo futurista. Desde entonces a muchas personas les ha costado entender cómo podría llegar a implantarse y mantenerse un sistema económico tan universal y totalitario. No obstante, tras el advenimiento de la era tecnológica, en la que el comercio electrónico va substituyendo rápidamente al papel moneda y casi todo lo que uno compra y vende se identifica y puede rastrearse mediante códigos de barras u otros medios, ya no es tan inconcebible que un día las transacciones comerciales de todos los habitantes del planeta puedan ser controladas por un organismo central. La tecnología para implantar un sistema semejante en su mayor parte ya existe. Pero para que el plan del Anticristo dé resultado, los medios tecnológicos tienen que tener más capacidad y estar masificados. Por tanto, es lógico pensar que el Anticristo apoyará la investigación y el desarrollo en campos como la tecnología de microcircuitos, la biotecnología y la Internet. Además, por sí sola la tecnología no basta. El Anticristo tendrá que vendérsela al mundo. Hay actualmente claras señales de que está invirtiendo grandes esfuerzos en eso, y no está solo. Se vale de otros, de cómplices involuntarios que contribuyen a llevar a efecto su programa desarrollando y vendiendo la tecnología, entre ellos algunas de las mentes más brillantes y las mayores potencias económicas del mundo. Un versículo que tiene una interesante conexión con esto es Daniel 11:21b: Vendrá pacíficamente y tomará el reino con halagos. Algunas versiones de la Biblia traducen ese pasaje de un modo ligeramente distinto. Dicen: «Se apoderará del reino por intrigas», o sea, por medio de artimañas y maquinaciones. Como quiera que sea, es previsible que el Anticristo llegue al poder valiéndose más de su gran astucia y habilidad política que de las tácticas de fuerza bruta que usaron la mayoría de los reyes y caudillos de otros tiempos. Empleando los diversos medios de difusión, hará todo lo posible por convencer al mundo de que estas nuevas tecnologías son beneficiosas y necesarias. Lo que evitará mencionar, claro está, es que a la larga se va a servir de ellas para sus propios fines perversos. Considera los siguientes aspectos del progreso. Las tecnologías de vigilancia Ahora las cámaras de video nos vigilan en muchas tiendas y lugares públicos, donde quedan registrados nuestros rostros. Hemos llegado a aceptar esta intromisión en nuestra vida íntima a causa de sus beneficios: actúa como medida disuasoria de la actividad delictiva y a la vez contribuye a la captura de delincuentes. De igual modo, la vigilancia de las comunicaciones a través de la Internet ayuda a poner freno a los pornógrafos, terroristas y otros infractores que constituyen una amenaza para el bien común. A medida que las bases de datos van reemplazando a los archivadores de papel, se compila, almacena, remite y comparte más y más información sobre nuestra persona. Ahora que casi todo lo que hacemos deja un rastro de datos, combinando información proveniente de diversas fuentes se pueden recrear las actividades de una persona con una precisión y minuciosidad increíbles. Este reservorio de información personal es particularmente útil para quienes se dedican al marketing y representa un negocio de considerables proporciones. La privacidad económica es cosa del pasado. Las instituciones financieras y otras organizaciones tienen por procedimiento habitual poner a la venta los detalles de la vida de sus clientes. Otras tecnologías de recolección de datos terminan de llenar el mosaico de información que puede compilarse sobre un individuo. Por ejemplo, se están instalando cajas negras informatizadas en autos y chips de rastreo en teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos. A los consumidores se les dice que estas innovaciones son para su propio provecho. De modo similar, se implantan microcircuitos debajo de la piel de animales domésticos para fines de identificación y rastreo, y ya se están llevando a cabo programas experimentales en pacientes de Alzheimer y niños. La biometría La biometría es la tecnología que tiene que ver con la recolección, procesamiento y archivo de ciertas características físicas de una persona por medios tales como las huellas dactilares, el escaneo del pulgar o de la retina, la geometría de la mano, el reconocimiento facial, el reconocimiento vocal y la macrofotografía digital. La identificación biométrica ha captado el interés tanto de los gobiernos como del sector comercial, dado que es mucho más seguro que otras formas primitivas de identificación, tales como las cédulas de identidad con fotos o firmas. El comercio electrónico El reemplazo del papel moneda por el comercio electrónico contribuye a poner freno al narcotráfico, la falsificación de billetes y los robos. Eso sin mencionar la gran comodidad y seguridad que prestan las transacciones electrónicas. Las llamadas tarjetas inteligentes actualmente contienen microcircuitos que no solo almacenan información financiera de su titular, sino también su historial médico y otros datos personales. Por lógica, el siguiente paso consistiría en eliminar la tarjeta plástica e implantar el chip directamente en el cuerpo del titular, digamos que «en la mano derecha o en la frente». La integración global Por fascinantes que sean estas nuevas tecnologías, el Anticristo no podrá instaurar cabalmente su nuevo orden mundial hasta que todo esté integrado en una vasta red que utilice códigos universales. Este es un obstáculo que podría desaparecer a muy corto plazo. Al compartir información, servicios y tecnologías, los gobiernos y el sector industrial poco a poco van estableciendo patrones internacionales y ampliando sus redes electrónicas. A medida que más países adquieren tecnologías de última generación como medio de resolver sus dificultades socioeconómicas, se extiende el alcance y la capacidad de la red. Actualmente el grado de desarrollo tecnológico varía mucho de país en país. Sin embargo en poco tiempo podría interconectarse todo el sistema. Los promotores de estas nuevas tecnologías y campañas conjuntas siempre señalan los aspectos positivos de las mismas, entre ellos la comodidad, la seguridad, los menores costos, las mejoras en la calidad, la rapidez y la eficiencia en la distribución de productos y servicios. Es muy poco lo que se dice acerca de las facetas negativas de esta intromisión pública en los otrora asuntos de orden privado. Bajo la bandera de la ciencia y la tecnología —y más recientemente, la de la guerra contra el terrorismo— los gobiernos del mundo se apresuran a dar los últimos retoques al sistema político y económico del Anticristo, precisamente el régimen del que nos advierte la Biblia. No te dejes engañar, pues. Que no te convenzan de seguir a ese falso mesías ni de aceptar su marca. Sigue al auténtico Mesías, Jesucristo. Así estarás del bando de los buenos, del bando ganador, cuando Jesús retorne para poner fin a la perversidad del Anticristo y remediar los males que aquejan a la humanidad (Apocalipsis 14:9-11; 19:11-21).

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