domingo, 29 de noviembre de 2009

Desafiar lo imposible


¿Alguna vez has leído algo que luego se te quedó grabado en la cabeza? A mí me ocurrió hace poco con un artículo de revista titulado El asesinato de lo imposible. Desde el primer momento me intrigó. (Está claro que la palabra asesinato tiene mucho gancho.) Rápidamente eché una ojeada al texto. Trataba de un alpinista que ha escalado las cumbres más altas del mundo. Es más, ha dedicado su vida al sueño de ser uno de los montañistas más hábiles y destacados de la Historia. Sin embargo, su pasión tuvo un precio. Enfrentarse a la furia de los elementos con frecuencia le afectó la salud. Tanto es así que en una ocasión se le congelaron siete dedos de los pies y los perdió. Sin amilanarse, continuó estudiando formas de desafiar lo imposible. Después que dejé la revista, reflexioné sobre lo que significa desafiar lo imposible. En primer lugar, ¿qué es imposible? Desde el niño más inocente hasta el anciano más sabio, todos nos las vemos con cosas que en un principio nos parecen irrealizables. Pero a diferencia de quienes se han convencido, a raíz de múltiples experiencias, de que no vale la pena lanzarse a una tarea imposible, el bebé da por hecho que puede lograr cualquier cosa. Ello obedece a que los niños muy pequeños poseen una cualidad que los escépticos perdieron hace tiempo: una fe infantil. Tienen fe en sus padres y confían en que los sostendrán si llegan a caerse. Y esa fe obtiene resultados: paso a paso aprenden a superar una extraordinaria diversidad de obstáculos. En aquel momento de reflexión, caí en la cuenta de que esa es la clave para vencer lo imposible: la fe en Dios. Si tomamos la mano de Dios, Él puede ayudarnos a superar cualquier obstáculo, por insalvable que sea. A lo largo de la Historia, grandes hombres se enfrentaron a lo imposible y salieron victoriosos. Por eso se los recuerda aún. El camino para lograr el triunfo les resultó largo y adverso, pero lo recorrieron paso a paso. Derrotaron lo imposible porque no desistieron; y una vez que vencieron dirigieron la mirada hacia la siguiente dificultad y siguieron avanzando. Cuando surja una situación imposible, toma la mano de Dios y avanza paso a paso. Él hace posible lo imposible.Ariana Keating es misionera de La Familia Internacional en Tailandia.

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