martes, 10 de noviembre de 2009

Adiós al pasado: llegó el AÑO NUEVO


El año nuevo es tradicionalmente la época en que las empresas hacen sus inventarios y balances. Al mismo tiempo se fijan objetivos y hacen proyecciones para el año entrante. Es el momento de reevaluar situaciones y formular nuevas directrices. Todo ello no es otra cosa que una sana práctica empresarial. Detenernos y echar un vistazo a nuestra vida también es saludable. Un breve momento de reflexión puede refrescarnos el espíritu y ayudarnos a jerarquizar nuestros objetivos, a fin de comenzar el año nuevo con buen pie. Pregúntate: «¿Qué hago por ayudar a los demás? ¿Por qué acto o cualidad seré recordado? ¿Contribuyo en alguna forma a mejorar la vida de los demás o a hacerlos más felices? ¿Qué logré el año pasado? ¿Qué objetivos cumplí? ¿Ha sido un año del que puedo sentirme agradecido, ya que pese a algunos errores y pasos en falso, puse todo mi empeño en las cosas importantes? ¿Está Jesús complacido con la forma en que empleé el año que pasó? ¿En qué aspectos debo esforzarme más?» Además de orar por el año entrante, da gracias a Dios por todo lo que tienes y recuerda todo lo que el Señor ha hecho por ti. De todo lo ocurrido el año pasado, ¿qué suscita más tu gratitud? ¿Cuál debería ser tu oración para el año entrante? Encomiéndale a Jesús en una plegaria tus metas y sueños, y dedícale el año nuevo. Pídele que esté presente en cada faceta de tu vida. Pídele que guíe tus pensamientos y acciones y que ordene tus días. Por sobre todas las cosas, pídele que te llene de Su amor hasta rebosar, por tu propio bien y por el bien de aquellos en cuya vida ejerces influencia. Entonces estarás preparado para enfrentar el año nuevo con el corazón lleno de fe, de esperanza, de amor y de bríos. Da cabida a Jesús en todo lo que hagas, ve adonde Él te conduzca, y tendrás el éxito garantizado.

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