sábado, 31 de octubre de 2009

P.: ¿Qué podemos hacer para devolver la magia a nuestro matrimonio?


En primer lugar, ustedes no son los únicos. Muchas parejas están perdidamente enamoradas antes de casarse, pero después la realidad no tarda en hacerse sentir. Eso no es necesariamente malo. Forma parte del proceso de maduración: Dios está amalgamando dos vidas. Lo importante es la prontitud y la eficacia con que aprendan a resolver —con amor y comprensión— los pequeños conflictos que amenazan con deslucir su matrimonio. Debemos comprender que a medida que una relación matrimonial madura, los sentimientos y el atractivo sexual de alto voltaje ceden su lugar de forma natural a un amor más sereno y estable que otorga a cada uno tiempo y espacio para hacer otras cosas con otras personas sin que ello vaya en desmedro del fuerte vínculo que existe entre los dos. La magia no ha desaparecido; simplemente se ha vuelto más profunda. Mantener una relación matrimonial vibrante y emotiva requiere tiempo, esfuerzo y abnegación, pero vale la pena. A continuación ofrecemos algunos consejos de comprobada eficacia que debieran contribuir a devolver la chispa a su matrimonio: * Inviertan tiempo, atención y amor en su relación para que ésta marche bien: «Todas vuestras cosas sean hechas con amor» (1 Corintios 16:14). * Comiencen el día con un beso y unos abrazos: «Amaos unos a otros entrañablemente» (1 Pedro 1:22). * Díganse: «Te quiero», varias veces al día. Expresen sus sentimientos con palabras. * Elógiense el uno al otro. Díganse a menudo cuánto agradecen su compañía. «Eres maravilloso.» «Eres estupenda.» * Procuren pasar ratos a solas los dos, sin problemas que resolver, sin trabajo que hacer y sin niños que atender: «Para que sean [...] sus corazones unidos en amor» (Colosenses 2:2). * Manifiéstense amor y cariño, por muy pocas ganas que tengan de hacerlo: «El amor es sufrido, es benigno» (1 Corintios 13:4). * Estén atentos a las necesidades del otro y procuren satisfacerlas: «Hagan [...] con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes» (Mateo 7:12, versión Dios Habla Hoy). * Encaren todas las catástrofes como meros incidentes, y ningún incidente como una catástrofe: «[El amor] todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Corintios 13:7). * Revélense sus sentimientos más íntimos, aunque moderando su sinceridad con prudencia, para que el otro no se sienta dolido. «Hablando la verdad en un espíritu de amor» (Efesios 4:15, versión Dios Habla Hoy). * Dispongan de ratos para hablar sobre la crianza de sus hijos y para orar por ellos: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él» (Proverbios 22:6). * Juntos encomienden al Señor todos sus sueños, problemas, necesidades y preocupaciones. Oren y pídanle que se haga cargo de ellos y los resuelva según sea lo mejor para ustedes: «Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas» (Proverbios 3:6). * No tarden en hacer las paces después de discutir. «No se ponga el sol sobre vuestro enojo» (Efesios 4:26). * Oren, lean la Palabra y disfruten del Señor juntos. Además de ser amor, Dios es el origen de todo amor (v. 1 Juan 4:8). Él sabe lo maravilloso que puede ser el matrimonio y quiere que lo sea para ustedes.

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