domingo, 25 de octubre de 2009

La Bestia, a punto de aparecer


Una de las últimas señales del fin del dominio de los hombres sobre la Tierra —señal a la que la Biblia dedica numerosos capítulos— es el surgimiento de un gobierno supranacional presidido por un perverso tirano al que se conoce como el Anticristo o la Bestia. El capítulo 13 del libro del Apocalipsis refiere que el mundo rendirá culto a Satanás, personificado éste por el vil dirigente mundial antes mencionado. «Adoraron al dragón [el Diablo] que había dado autoridad a la bestia [el Anticristo], y adoraron a la bestia» (Apocalipsis 13:4). Rápidamente se está creando el marco para que el mundo acepte una dirigencia de carácter mundialista. El célebre historiador británico Arnold Toynbee (1889-1975) afirmó con gran acierto: «Las naciones están prestas a entregar los reinos del mundo a un hombre que ofrezca una solución a los problemas que aquejan al planeta». Paul-Henri Spaak, que fue el primer presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, primer ministro de Bélgica, uno de los gestores del Mercado Común Europeo y secretario general de la OTAN, declaró en cierta ocasión: «No queremos una comisión más; ya contamos con demasiadas. Lo que buscamos es un hombre que tenga suficiente estatura moral para captar el apoyo de las masas y sacarnos del cenagal económico en que nos estamos hundiendo. Cuando se presente tal individuo, sea dios o sea demonio, lo aceptaremos». El nuevo orden internacional Cada vez oímos hablar con más frecuencia del nuevo orden internacional y de la globalización. El ex presidente norteamericano George Bush padre popularizó el concepto en un discurso pronunciado ante el Congreso de su país durante la guerra del Golfo: «Nos hallamos en un momento único y extraordinario. [...] De esta turbulenta época bien puede emerger un nuevo orden internacional. [...] Hoy ese nuevo orden pugna por nacer»1. El acuerdo de paz en torno a Jerusalén Es previsible que el Anticristo llegue al poder en medio de una euforia generalizada por haber sacado temporalmente al mundo de sus profundas crisis económicas, militares y políticas. A la usanza del propio Satanás, que con frecuencia se disfraza de ángel de luz, este personaje deslumbrará a buena parte del mundo presentándose como un gran héroe y pacificador. El profeta Daniel, aludiendo al Anticristo, escribió: «En plena paz, destruirá a muchos», y «se apoderará del reino a fuerza de intrigas» (Daniel 8:25 y 11:21, Edición Pastoral). La Biblia nos indica que las pretensiones de liderazgo mundial de ese dirigente se fundamentarán en un ingenioso pacto de paz de 7 años. Dicho acuerdo resolverá transitoriamente la crisis de Oriente Medio, logrando que árabes y judíos accedan a ciertas concesiones relativas a Jerusalén y sus lugares sagrados. Uno de los puntos neurálgicos será el Monte Moriah en Jerusalén, considerado sagrado por los judíos dado que allí se encontraba su templo antes que fuera destruido por los romanos en el año 70 d.C. Este monte es también sagrado para los musulmanes, dado que en él se levanta el santuario más importante del Islam en la ciudad: la Mezquita de Omar. Las Escrituras indican que el acuerdo permitirá a los judíos reconstruir su templo, donde reanudarán sus antiguos ritos de sacrificios de animales (Daniel 8:23-25; 9:27; 2 Tesalonicenses 2:1-4). De Rusia El profeta Ezequiel hace referencia al Anticristo en términos de «Gog en tierra de Magog» (Ezequiel 38:2). Los exégetas coinciden en que la antigua tierra a la que se conocía como Magog era un poderoso país ubicado al norte de Israel. Muchos la identifican con Rusia. Por eso, un número importante de estudiosos de la Biblia considera que el Anticristo bien podría surgir de la antigua Unión Soviética. Según la Sagrada Escritura, las principales potencias europeas jugarán un importante papel en el gobierno mundial del Anticristo. Los dirigentes de esos países se unirán a él y le darán pleno apoyo. «Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y autoridad a la bestia» (Apocalipsis 17:13). Un agrio salvador Si bien la mayor parte del mundo acogerá inicialmente al Anticristo como una especie de mesías político, tres años y medio después éste revocará el acuerdo de paz que él mismo firmara y que hubiera debido regir por siete años. En ese momento invadirá Israel y declarará a Jerusalén su capital internacional. Abolirá todas las religiones, a excepción del culto a su propia imagen, la cual estará de algún modo habilitada para hablar y «hacer matar a todo el que no la adore» (Apocalipsis 13:14,15). Jesús dijo que cuando viéramos esa imagen «en el lugar santo [el templo], la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel [...], habrá gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo» (Mateo 24:15,21). Será una época de feroz persecución y represión de los creyentes a manos de la Bestia y su régimen (v. también Daniel 7:21,25; 8:23,24; 11:31-35; 12:10; Apocalipsis 13:5-7). En ese momento el Anticristo instaurará su siniestro sistema de crédito internacional, que llevará el número 666. Si quieres acceder a una explicación detallada y clarificadora de este inminente suceso, no te pierdas el siguiente capítulo de Ya estaba escrito en el próximo número de Conéctate. • (Extracto de Ya estaba escrito, de Michael Roy.) 1 Jerry Johnston, The Last Days of Planet Earth, Harvest House Publishers, Eugene, EE.UU.; 1991, págs.129-131.

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